Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Y YO TAMBIÉN, SEÑOR



Por nuestro Bautismo quedamos consagrados como sacerdote, profeta y rey, y comprometidos a dar testimonio de mi fe. Es decir, debo transmitir mi fe, no sólo de palabra sino también con mi vida y mi obrar de cada día. Así que tú y yo tenemos también muchos lugares donde proclamar la Palabra.

Y es que, desde nuestro nacimiento somos personas en relación. Nacemos inmersos en una familia y  pasamos mucho tiempo en ella. El tiempo necesario para formarnos y prepararnos para valernos por nosotros mismos. Es en ese lugar donde recibimos y desarrollamos nuestra personalidad y donde aprendemos a dar nuestros primeros pasos. De ahí la gran importancia de la familia.

Pero, luego, salimos al mundo. A nuestro propio mundo y nos relacionamos en el cole, con los amigos en los juegos y los actos sociales. Y en la medida que crecemos, crece también nuestra formación y responsabilidad. Y son en esos lugares donde tenemos y debemos dar testimonio de nuestro compromiso de Bautismo. Por eso, Señor, te pedimos paz, sabiduría y fortaleza para derramar toda nuestra vida en esos lugares que la misma nos lleva.

Quizás, el mundo de la política, de la proclamación catequética, de la parroquia y sus ministerios, de las misiones, del mundo del trabajo...etc. Donde quiera que estemos, allí estás Tú, Señor, con nosotros. Y son en esos lugares donde debemos dar testimonio de nuestra fe.

Danos, Señor, esa fortaleza para, llenos del Espíritu Santo, seamos luz y testimonio para todos aquellos que intervienen en nuestra vida. Amén.

martes, 30 de agosto de 2016

LÍMPIANOS, SEÑOR, DE NUESTROS ESPÍRITUS INMUNDOS



Estamos en un mundo peligroso y lleno de trampas. No es fácil escapar a ellas. Ayer, domingo, el Señor nos lo decía: No corras a curar la herida del cínico, pues no tienen cura, es brote de mala planta (Si 3,17-18.20.28-29).

Abundan muchos peligros y cínicos cuyo territorio está en el mundo y en él tienen puestos sus ojos. Y actuan para arrastrarte a ti también y contagiarte de esa actitud cínica y perversa. Por eso, más que nunca, los creyentes tenemos que apoyarnos y caminar unidos para preservarnos de esos peligros. Pero, sobre todo, permanecer injertado en el Señor, tal y como el sarmiento a la vid.

Por eso, Señor, nuestra oración de hoy va dirigida a pedirte fortaleza, sabiduría y paz para enfrentarnos con todos esos peligros y espíritu inmundos que polulan por nuestros pueblos y ambientes tratando de alejarnos de Ti. No dejes nunca de sorprendernos y asombrarnos con tu Palabra. Danos esa sabiduría, como Tú, Señor, tenías al proclamar la Palabra. Danos esa confianza, como Tú mostrabas, al estar seguro y confiado del Amor del Padre.

Señor, como decía Pablo en 1Co 2, 1-5Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Así, Señor, queremos actuar nosotros, apoyados en tu Palabra y en tu Sabiduría.

Humildemente te pedimos, Señor, que nos salve de todos esos peligros y nos des la fortaleza y capacidad de, apoyados y confiados en tu Palabra, podamos admirar, en tu Nombre y para tu Gloria, a todos los hombres que nos escuchen y crean que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 29 de agosto de 2016

NO ES FÁCIL



Una cosa es prometerlo y estar dispuesto también a hacerlo, pero otra muy distinta es la realidad que nos envuelve y nos toca vivir. Dar la vida es duro y difícil. No podemos engañarnos ni engañar. Sin embargo, los cristianos comprometidos y consecuente con nuestro Bautismo, pensamos que a la hora de la verdad el Espíritu de Dios nos conforta, nos fortalece y nos da el valor que necesitamos para enfrentarnos con la hora de nuestra muerte. Sea de forma natural o martirizada como la de Juan Bautista.

Porque no se puede entender de otra forma. La Gracia de Dios hace el milagro de hacernos fuertes ante la adversidad. Ya lo experimentaba Pablo cuando decía que en la debilidad se sentía fuerte (2ª Corintios 12, 10) y también muchos otros que han seguido a Jesús. Porque seguir a Jesús es complicarse la vida e ir contra corriente, pero vale la pena, pues no se entendería la vida de todos esos hermanos en la fe que han dado su vida y los que la están dando en este preciso momento.

Y es que el gozo de amar no tiene precio, aun pagándolo con la vida. Porque hemos sido creados para amar y esa es nuestra finalidad. Vivir sin amar es no vivir. Vivir sin amar es perder la vida y desperdiciarla. Vivir sin amar es no experimentar el verdadero amor que se esconde en dar la vida por otro. Esa es la experiencia que nos ha dejado Jesús, porque Él nos amó hasta ese extremo.

Y el mundo trata de engañarnos. El Maligno se encarga de eso ofreciéndonos un mundo lleno de ofertas tentadoras que colman nuestras pasiones y apetencias. Jesús también fue tentado en el desierto (Mt 4, 1-11) y nos enseña el camino para soportarlas. Indudablemente, no hay otro camino sino el que señala Jesús, porque Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

Hoy, Señor, queremos pedirte desde este rincón la Gracia de caminar junto a Ti y no separarnos nunca. Porque contigo seremos mayoría aplastante y el Maligno y su mundo nada podrán hacernos. Amén.

domingo, 28 de agosto de 2016

SIEMPRE EN ACTITUD HUMILDE



Revestidos de humildad es el vestido que siempre debemos llevar puesto. Y digo revestido, porque nuestro corazón está manchado por el pecado de la soberbia y el orgullo. Somos mejores que los demás y estamos en constante competencia. Por eso, debemos esforzarnos en cada momento, por y con la Gracia de Dios, estar revestido de la humildad y la misericordia para ocupar los últimos puestos y no los primeros.

Porque Jesús nos dice: "todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado". Y fue precisamente eso lo que hizo Jesús durante su vida aquí en la tierra. Se despojó de su Divinidad para revestirse de naturaleza humana e igualarse con nosotros menos en el pecado. El creyente en Jesús tiene que ser un hombre humilde y en actitud de servicio. No hay otra forma ni otro camino.

Sabemos que no es fácil, pero, también sabemos que no estamos solos. Contamos con la Gracia y el auxilio del Espíritu Santo, y con Él podemos lograr esa actitud humilde y misericordiosa. Pero eso nos exige oración, esfuerzo perseverante y fiarnos de su Palabra. Y, sobre todo, alimentarnos con su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía bajo las especies de pan y vino.

Pidamos con todo nuestro esfuerzo recibir esa Gracia Divina e, injertado en el Espíritu Santo, caminar confiados en su Palabra y abiertos a su Gracia experimentando como nuestro corazón, quizás altivo y altanero, se va transformando en un corazón de carne suave, sencillo y humilde. Amén.

sábado, 27 de agosto de 2016

DESCUBRIR MIS TALENTOS



No es tarea fácil descubrir que cosas hago bien hasta el punto de, consagrada a ellas, ponerlas a servicio de los demás. Porque, tampoco es tarea fácil descubrir mi vocación, que va en estrecha relación con los talentos recibidos. En muchas ocasiones la descubrimos tarde, y en otras ni siquiera las descubrimos. Es notorio y claro que también se necesita esfuerzo, búsqueda y voluntad, para emprender el camino de descubrirlas.

Sin lugar a duda, el camino se cubre caminando y, diríamos también que, se descubre experimentándolo. Nadie sabe si realmente puede hacer algo bien, si antes no lo ha intentado y se ha puesto manos a la obra. Es en la experiencia donde y cuando se descubre tu capacida talentosa. Nadie, si no se atreve a cantar, descubrirá que su voz es melodiosa, potente o sublime. Realizado ese intento, descubrira lo que guardaba dentro de su garganta.

De la misma forma, el encuentro con Jesús despierta tu compromiso y desempolva tu dormido corazón para darle brillo y desenterrar tus talentos. Sacados afuera verán la luz y de lo que son capaces de hacer y del gozo de servir a los que realmente lo necesitan. Y es eso lo que hoy te pedimos, Señor.

Danos, Señor, la sabiduría y la capacidad de descubrir los talentos que me has dado, y la voluntad, prudencia y fortaleza para ponerlos en función y beneficio de los que realmente lo necesitan. En ti confío, Señor, y, lleno de tu Gracia, abro mi corazón para que con todos los talentos, que has derramados por tu Espíritu en mi humilde persona, volcarlos en los demás según tu Voluntad. Amén.

viernes, 26 de agosto de 2016

UN CORAZÓN PRUDENTE CONECTADO CON EL TUYO, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Dame, Señor, la prudencia de saber discernir lo bueno de lo malo; el bien del mal; lo justo de lo injusto y lo superficial y accidental, de lo sustancial, sentido común y razonable. Dame, Señor, el criterio de la verdad y la justicia, pero también de la misericordia. Dame, Señor, la fe de dejarme llevar, poniendo en Manos del Espíritu Santo, todo mi ser y todo mi actuar. Amén.

Quiero ser hombre prudente y vigilante para que tu llegada no me sorprenda. O, mejor dicho, me sorprenda con mi lámpara encendida, despierto y aguardándote. Líbrame, Señor, por tu Misericordia, de no tener mi lámpara apagada ni desprovista del aceite necesario para iluminar mi vida y ver tu llegada cuando Tú así lo decidas. Amén.

Reviste mi corazón de la prudencia suficiente para que no le falte el aceite que necesita para estar listo y preparado. El aceite de la oración, de la contemplación, del silencio ante tu presencia, de la intimidad y de la paz alimentada por la fe, para que tu Amor se haga presente y eficaz en mi vida. Que me vida sea un estar atento y vigilante a tus Palabras y a tu llegada. Amén.

Dame la sabiduría de saber discernir que, mi vida sin Ti no es vida, sino infierno. Dame la sabiduría de descubrir que, mi vida sin la Tuya, no sirve para nada porque es pacto de la llama y de la muerte. Dame, Señor, la sabiduría de entender que, mi vida ha sido creada para amar y sólo en el amor podrá encontrar la felicidad y el eterno descanso. Y sólo en Ti está ese Amor, porque Tú, Señor eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 25 de agosto de 2016

APRENDIENDO A AMAR A CADA INSTANTE


No es cuestión de algunos cursos, ni de una serie de catequesis. Quizás, ambos, nos pueden ayudar para iniciarnos en el camino, pero, la palabra lo dice, camino. Y el camino no se acaba hasta, llegada la hora, recibir al dueño que anuncia su llegada.

Si bien, no sabemos el día ni la hora. Y eso significa, no que sólo debemos estar vigilantes, sino que nuestro camino es andar y andar. Pero, andar amando. Porque es el amor lo que Jesús, el Amo que vendrá a su hora, lo que espera encontrar y recoger de cada uno de nosotros. La cosecha está clara:  frutos de amor. Y el cultivo también: amor, amor y más amor.

Esa es la vigilancia que hoy el Evangelio nos quiere advertir. No dejemos de amar. Y amar es estar atento a cada instante de nuestra vida a dejar pasar la Luz que llena nuestro corazón y derramarla en dulzura, escucha, comprensión, amabilidad y servicio. Pero, también en reprimenda, cuando la ocasión lo exige, porque el amor es a veces duro, inflexible y exigente cuando la vida se pone en peligro y el amo puede encontrarte distraido y no haciendo lo que debes.

Estamos hechos para amar, porque cuando amamos experimentamos gozo, satisfacción y felicidad. Y cuando hacemos lo contrario, nos sentimos mal y a disgusto. Pidamos al Señor estar siempre en actitud vigilante de amor. O lo que es lo mismo, de servicio, de atención, de justicia, de verdad, de misericordia, porque son esas actitudes las que el Señor espera recoger de nosotros.

No simplemente alabanzas, ni cumplimentos, ni rosarios, ni novenas, ni exaltaciones que dicen ¡¡Señor Señor!! Y eso no significa ni quiere decir que todas estas cosas no se hagan. Al contrario, son buenas y debemos hacerlas, pero para ser y vivir lo otro, es decir, la justicia, la misericordia y la fe. Amén.

miércoles, 24 de agosto de 2016

LLAMADOS A VER COSAS MAYORES



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Es promesa de Jesús, y su Palabra siempre tiene cumplimiento. De modo que, veremos cosas mayores. Y, de hecho, las estamos viendo, porque, ¿no es un milagro nuestra comunidad bloguera? ¿No es un milagro que nuestra fe se sostenga día tras día? ¿Y no es un milagro que la Iglesia siga firme y presente en el mundo pese a las persecuciones de todos los tiempos y de los actuales?

Lo que debe importarnos es responder a esa llamada de Jesús como lo hizo Natanael. ¿Somos nosotros personas sin dobleces, sin segundas intenciones? ¿Somos personas de las que se puede fiar otro? ¿Somos personas sinceras, transparentes y cargadas de buenas intenciones y limpio corazón? Porque para responder al Señor necesitamos tener un corazón de esa magnitud.

Por eso, y por muchas más cosas, Señor, te pedimos que nos transformes y nos des un corazón como el de Natanael, cargado de buenas intenciones y de honradez. Un corazón capaz de abrirse a la verdad y rendirse ante lo justo y verdadero. Un corazón capaz de descubrirse y proclamar: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

Danos, Señor, la Gracia de poder proclamar tu Palabra y confesarte como el Hijo de Dios a todos los hombres que caminan en nuestra vida. Abre mi vida a la verdad y justicia, para que transmita verdad y justicia y transparente tu Palabra, Señor, para que todos los hombres te conozcan como el Hijo de Dios Vivo. Amén.

martes, 23 de agosto de 2016

SEÑOR, NOS SABEMOS DEBILES PARA HACER TU VOLUNTAD



Muchas veces preferimos las normas y los cumplimientos que la justicia y la misericordia. Porque detrás de las normas y leyes sólo hay el cumplirlas, pero detrás de la justicia y la misericordia se abre un abanico de posibilidades que te exigen discernir y renunciar o morir a muchos de tus intereses y proyectos.

Ser justo exige aplicarte tu mismo la ley que aplicas a otro. Y ser misericordioso es perdonarte de la misma forma que perdonas a otro. De modo que acabas con tus privilegios y te pones a la misma altura que los demás. Y es más fácil cumplir con una ley que exigirte tú mismo ser fiel, justo y misericordioso.

Es lo que sucede con muchas personas. No solas aquellas que vivieron en la época de Jesús, sino también los que vivimos ahora. No nos cuesta mucho establecer leyes, ni tampoco cumplirlas, aunque eso tenga algo más de dificultad, pero se nos hace más difícil ir más allá de la letra y aplicarlas a nuestra vida con justicia, misericordia y fidelidad.

Y, hoy, Señor, queremos pedirte que nos des esa Gracia de saber discernir y cumplir. Te pedimos la voluntad para ser responsable y aplicar la Ley en toda su sustancia en nuestras vidas. Que no nos limitemos a meramente cumplir sin más, sino que miremos para lo más importante y sustancial, que es el amor. Porque cuando se ama se es justo, misericordioso y se tiene fe. Y todo lo demás viene por añadidura.

Gracias, Señor, por advertirnos nuestros pecados y por señalarnos lo que verdaderamente importa. Te pedimos que, agarrados a Ti y por la acción del Espíritu Santo, podamos ser fieles, justos y misericordioso para, no sólo quedarnos en el cumplimiento, sino que seamos capaces de vivir nuestra vida según tu Palabra. Amén.

lunes, 22 de agosto de 2016

SEÑOR, ENSEÑAME A DEJAR PASAR LA LUZ



Ilumíname, Dios mío, para que deje pasar toda la luz que de Ti recibo y así facilitar que otros, sobre todo aquellos que están más cerca de mí, puedan recibirla y acercarse a Ti. Porque eres Tú quien única y verdaderamente puedes alumbrar y salvar. Sálvame de impedir que otros, sobre todo los más pobres y pequeños, puedan recibir malos consejos y testimonios que les induzcan a separarse y alejarse de Ti.

Danos, Señor, la luz de saber dar buenos consejos y buenos testimonios. Temo, Señor, que por mí pobreza y humanidad pecadora pueda desviar y confundir a muchos que desean llegar a Ti y conocerte. Necesito tu Luz y tu Ánimo para, como los apóstoles, retomar fuerzas e ilusión y seguir adelante dejando actuar tu Palabra en mi vida.

Soy consciente que muchos se fijan en mis reflexiones y que recibo testimonios alentadores y que les ayudan a seguirte. Gracias, Señor, porque eres Tú el protagonista y de quien nos viene todo. Y lo que hacemos, para nuestro regocijo y satisfacción, es para tu Gloria. Porque todo te pertenece y todo nos es regalado por tu Amor y Misericordia.

Pero soy pobre y pecador. No sé donde tengo mi mano derecha cuando se trata de cumplir tu Voluntad, Señor. Quiero decir que fallo, meto la pata y no soy digno de Ti. Y si lo soy o lo parezco es por tu Gracia y por tu Amor. 

Dame la sabiduría de ser luz y guía, en y por la acción del Espíritu Santo, para aquellos que se encuentren perdidos, desorientados y confusos. Poder decirles, con mi vida y humildes palabras, que Tú, sólo Tú, Señor basta, pues sólo tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

domingo, 21 de agosto de 2016

SEÑOR, QUIERO ESTAR ENTRE TUS ELEGIDOS




Mi intención y mi propósito es estar entre tus elegidos, Señor. Eso es lo que quiero. Lo he descubierto muy temprano en mi vida, pero también he fallado mucho y te he marginado también mucho. Por eso temo que, a la hora de la verdad, puedas no reconocerme como hijo. No por tu infinito Amor, demostrado al entregar tu propia Vida, sino por mi desidia, mis egoísmos y pecados.

Tengo miedo de llevarme una sorpresa. Tengo miedo de estar entre los primeros para luego ser de los últimos y rechazado de tu presencia. Si, Padre, tengo mucho miedo. Uno de los dones del Espíritu Santo es  el santo "temor de Dios", y te lo pido con insistencia, porque el experimentarlo me sostiene en tu presencia y me da fuerzas para perseverar. Porque soy débil y ante las tentaciones y jugarretas del Maligno estoy perdido. Sé que contigo estoy salvado, pero, vuelvo a decirlo, tengo miedo de fallar.

Por eso, Padre, cada día me agarro a Ti por medio de la oración. Ahora comprendo por qué el Papa Francisco pide que recen por él. ¡Pues si él lo hace!, ¿qué tendría que hacer yo? Yo lo hago todos los días. Confieso que, no porque él lo haya dicho, sino porque en una oración que llevo seis años y algunos meses rezando, se pide por el Papa y también por los obispos.

Aprovecho esta ocasión para pedir que también recen por mí. Porque todos lo necesitamos. También en mis oraciones están todos ustedes de alguna manera presentes. Porque, si consideramos y creemos que Dios es nuestro Padre, todo lo que pidamos, aunque sea para nosotros, Él lo hace extensivo para todos. A pesar de todo eso, será siempre bueno pedir por todos los blogueros, los que nos leemos y comentamos; los que escribimos y reflexionamos; los que no estamos sino poco tiempo, porque nos falta; por los que piden y están enfermos. Hagamos el esfuerzo de hacerlos presentes en nuestras oraciones. Esa es la comunión de los santos y uno de los esfuerzos de tomar el camino de la puerta estrecha.

Gracias te damos, Señor, por todos lo que hemos recibido de Ti, y lo que recibimos en este preciso momento. Haz que comprendamos que todo lo que Tú permites que suceda en nuestras vidas será transformado, por tu Misericordia, en Gracia de salvación. Amén.

sábado, 20 de agosto de 2016

PALABRAS Y OBRAS




Las palabras van unidas a las obras. Ambas alternan el orden según las circunstancias, pues en algunas ocasiones las palabras anteceden a las obras, y en otras ocurre lo contrario, van detrás, cuando casi ni hacen falta. Obras y palabras se corresponden y donde falte una de las dos, la otra queda desolada o desamparada.

Es verdad que las obras, en muchas ocasiones, hablan por sí mismas, pues ellas solas se bastan para dejar elipticamente a las palabras y claro el testimonio de lo que quieren significar. Sin embargo, necesitan, las obras, darse a conocer y esplicarse bien. Y, sobre todo, llegar a aquellos lugares donde las obras no llegan o donde no se entienden sus actuaciones. 

La coherencia entre palabras y obras se hace necesaria para que el mensaje llegue completo, bien clarificado y se entienda correctamente. Ocurre, a veces, que las obras no se comprenden bien y necesitan ser explicadas. Porque los criterios de este mundo ponen precio a todo, y cuando las obras son gratuitas y se regalan se interpreta como locura, suerte o ganga. Amar exige gratuidad para ser verdadero amor. Sin la gratuidad el amor se torna, se vuelve mentira. Por eso, las palabras necesitan de las obras y viceversa. 

Danos, pues, Señor, la sabiduría de hablar en verdad y justicia. No sólo con la boca, sino también con las manos, el cuerpo y todo  mi ser, para que lo que sale del corazón a través de la boca se transforme en obras con mis manos. En Ti confío, Señor, y a tus Manos me encomiendo, para que mi vida tenga la coherencia de tu Vida. Amén.

viernes, 19 de agosto de 2016

LA PLENITUD ES EL AMOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

No hay que darle muchas vueltas a la Ley. Está clara y tú y yo lo sabemos. Quizás el problema esté en que nos fastidia darle cumplimiento y utilizamos la demagogia para justificarnos. Es decir, nos auto engañamos. Porque amar no es mirar para mí, sino mirar para el otro. Eso fue lo que hizo Jesús. Vino a dar a los demás, no a darse a sí mismo.

Su camino fue un plantearse que necesitabas tú y yo para ser felices. Y eso fue lo que hizo, dar su Vida para que tú y yo fuésemos felices. Ahora, la sorpresa es que la hemos rechazado, o que la miramos con lupa para aceptarla. Es verdad, y Jesús lo sabe, que tenemos una gran dificultad, el pecado. Y nuestra naturaleza humana está tocada y fácilmente vencible por las tentaciones y vicios de este mundo. El principal nuestro egoísmo.

Pero, Jesús, sabía eso, y no nos dejó a la deriva ni solos. Se ha quedado para que, tú y yo, pudiésemos cumplir con ese hermoso y pleno mandato del amor. Empezando, para cumplir el primero, por amar a los que tenemos enfrente. No es que sea este el primero, sino que para cumplir el primero, es decir el Amor a Dios sobre todas las cosas, hay que ejercitarse en el segundo, en el prójimo. 

Sin el primero nos sería imposible encontrar fuerzas para vivir el segundo. Pero el segundo es la prueba de que estamos viviendo y amando a Dios. Por eso, siguiendo la actitud de la reflexión en el Evangelio, hagamos ahora nuestra propia oración, y, si puedes y te atreves, compartela con todos. Gracias, porque ayudarás a encender y fortalecer nuestra fe. Amén.

jueves, 18 de agosto de 2016

GRACIAS, SEÑOR POR INVITARME A TU CASA



No somos conscientes de nuestra suerte ni del Misterio Infinito del Amor de Dios. Un Amor que nos salva a pesar de no merecerlo: Un Amor que nos invita, a pesar de nuestro rechazo, a tener la oportunidad de, revestidos de la Gracia y arrepentidos de nuestros pecados, alcanzar la Misericordia de Dios. No lo sabemos, porque no actuamos en consecuencia ni respondemos a su invitación.

Quedaríamos asombrados de cómo actuamos y respondemos a la invitación que el Señor nos manda si fuésemos capaces de entender. Por eso, sabido que no comprendemos. Y es más, conscientes de que no alcanzamos a comprender, te pedimos, Señor, que nos ilumines y nos des del don de la Gracia de darnos cuenta de lo que hacemos  y valoremos la oportunidad infinita que Tú nos regala por tu Amor.

Gracias, Señor, por esta infinita invitación que no merecemos ni llegamos a comprender en toda su valoración. Arranca de nuestro endurecido corazón la soberbia y el orgullo que nos ciega y nos predispone a rechazarte y a ignorar tu invitación. Abre nuestros ojos a esa barbaridad a punto de cometer contra tu invitación. Perdónanos nuestra ignorancia y osadía altanera de creernos con derecho y merecedores de negarte y rechazarte.

Danos la humildad de abajarnos, de reconocer nuestros pecados, nuestra pequeñez y pobreza,  para que, humillados y postrados ante tu grandeza y Amor, seamos capaces de adorarte y reconocerte Señor y Creador de todo lo visible e invisible. Pero, sobre todo, Padre. Padre bueno que nos salva y que nos quieres. Y que nos haces tus hijos por los méritos de Jesús, tu Verdadero y único Hijo, el Mesías, el enviado, que entregando su Vida, ha rescatado la nuestra para la Gloria Eterna.

Gracias, Padre, dame la sabiduría de rebuscar en el fondo de mi corazón y desenterrar esa hermosa y valiosa invitación al Banquete de tu Hijo Jesús, para que, revestido con la Gracias de tu salvación, asista humildemente y lleno de gratitud al banquete del Cielo prometido. Amén.

miércoles, 17 de agosto de 2016

LLAMADOS PARA EL CIELO



Jesús es el Propietario que busca obreros para su Viña. Es decir, busca a hombres y mujeres para el Reino de Dios. No se queda quieto esperando que tú y yo vayamos a apuntarnos, sino que Él ya nos tiene apuntado desde el principio, y ahora viene a decírnoslo. Y nos busca a todas horas.

Es verdad que todos no estamos en el mismo lugar, ni tampoco en la misma situación. Unos necesita el trabajo, es decir, la salvación, con más urgencia que otros. Y son contratados desde las primeras horas de la mañana. Pero otros están más remisos o más gandules, y les llega la noticia de que les buscan para el trabajo a medio día. Y otros acuden a las últimas horas de la tarde. 

Sin embargo, todos han sido invitados. Es posible que algunos se hayan negado a ir instalados en sus comodidades y placeres. Pero, a pesar de eso, el Señor ha salido a buscarlos e invitarlos. Miremos para nosotros y preguntemonos: ¿He aceptado yo la invitación del Señor a trabajar en su Viña? ¿Y sé realmente que clase de trabajo tengo que hacer? ¿O qué es lo que Él me pide?

A veces pedimos sin ni siquiera saber que tenemos que hacer. Nos molestamos porque a otros le dan la misma paga que a nosotros. ¿Acaso somos nosotros quienes pagamos? ¿Nos han pagado menos que lo que nos han prometido? 

Perdóname, Señor, por tanta osadía y tanto descaro. Perdóname, Señor, por tanta rebeldía y orgullo creyendo que merezco lo que me dás y los otros no. Perdóname, Señor, por mi ceguera y mi necedad. Dame la sabiduría de entender que Tú eres el Señor de la Vida y la Muerte, y que todo te pertenece, incluyéndome a mí y a todos los hombres. Amén.

martes, 16 de agosto de 2016

DIOSES Y RIQUEZAS



Todos de alguna manera ambicionamos ser ricos. Quizás, para muchos no sea el dinero lo primero, pero su riqueza puede estar en otra cosa:  La fama, el prestigio, el poder o que le rindan admiración. Hay muchos tesoros y muchas formas de riquezas.

Ser rico no es tener bastante dinero, sino poner a Dios en un segundo lugar en tu vida. Ser rico es creer que con el dinero puedes arreglar tu vida y hasta ser feliz. Ser rico es pensar que Dios no basta, y que además de tenerlo a Él, también es bueno tener dinero. Ser rico es tender una mano a Dios, pero otra, tan importante como la primera, al dinero. Ser rico es no tener tu corazón solamente para Dios, sino dejar un lugar importante o más, para el dinero.

Porque, puedes tener dinero, pero tener a Dios en el primer lugar de tu corazón; porque, puedes ser rico, pero poner esas riquezas en función y para el servicio de muchos otros que carecen de las cosas más elementales para vivir. Jesús tuvo amigos ricos, y también muchos ricos han tenido su corazón lleno de Dios. Lo verdaderamente importante es descubrir que tener algo como poderoso, pero caduco, no es de buen gusto. Porque lo caduco termina y desaparece. Por lo tanto no vale para ponerlo en lo alto de nuestro corazón.

Nuestro Dios tiene que ser un Dios Eterno. Señor de la Vida y de la muerte, y Rey del Universo. Nuestro Dios tiene que ser un Dios que nos salva, que nos quiere como hijos y que nos ofrece la Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. Nuestro Dios es el Salvador y Redentor del mundo. ¡¡Bendito sea Dios!!

Por eso, ¡¡Señor del Cielo y la Tierra!!, te pedimos llenos de gozo y alegría que nos despoje de toda riqueza que pueda ser tentación para alejarte y desplazarte de nuestro corazón. Danos la humildad y la sabiduría de saber vivir en gozo y alegría con lo necesario para este mundo, y no ambicionar riquezas que puedan tentarnos a dejarte a Ti en un lugar secundario. 

Porque, Tú, Señor, eres el Camino, eres la Verdad y eres la Vida. Amén.

lunes, 15 de agosto de 2016

ELEGIDOS COMO MARÍA


No mires para otro lado, porque tú, al igual que yo, hemos sido elegidos como María. Ella ha cumplido su misión, pero, ahora te toca a ti y también a mí. Quizás tu misión no es la misma, pues la de María es la máxima, pues ser elegida para Madre de Dios no es superada por ninguna otra dignidad. Una madre es cosa muy grande, pero ser la Madre de Dios es lo más grande.

Pero, dejando esa especial misión, tú y yo tenemos otra misión, con toda seguridad, más humilde, pero digna para Gloria de Dios, que cumplir. Una misión que se encuentra donde estamos y como estamos. Una misión que consiste en hacer su Voluntad, y que debemos esforzarnos en descubrir. Y no hay posibilidad de descubrir algo sin esfuerzo. Hacerlo e intentarlo nos llevará y exigirá sacrificios y esfuerzos, que, necesitarán tiempo y paciencia.

Fijarnos en María nos ayudará a encontrar el camino y la serenidad que nos haga descubrir que quiere Dios de nosotros. Todo consiste en ponernos a caminar. Y caminar es desinstalarnos, salir de nuestra cueva y reducto y, olvidándonos de nosotros mismos, pensar en los demás. Se nos antoja difícil, pero es el camino. Un camino que pone sus propias exigencias y nos remite a unirnos e intimar con el Señor, para pedirle fuerzas, sabiduría, paciencia y voluntad para seguir hacia delante. 

No es fácil cumplir la Voluntad de Dios. Ya nos decía Jesús en el Evangelio del domingo lo difícil que resultaba seguirle. Y, nos dice, que también ahora lo es. Muchos están pagando con sus propias vidas el mantenerse firme en la fe. Vamos contra corriente y proclamar la Verdad  nos acarrea muchos problemas. Pidamos fuerza y voluntad para no desfallecer y sobre ponernos a las contrariedades que los obstáculos de este mundo se interponen en nuestros caminos.

Por eso, Padre, arropados bajo el Manto de María, te pedimos que nos llenes de paciencia y sabiduría para saber discernir el bien del mal y, apartando el mal apliquemos siempre el bien para todos los hombres. Amén.

domingo, 14 de agosto de 2016

PRENDE EN MI CORAZÓN LA LLAMA DEL AMOR



Llena mi corazón, Señor, de frutos de amor, porque así, de esa manera, lo que saldrá por mi boca será la Verdad de tus Palabras y los frutos de tu Amor. Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu Amor, envíanos Señor tu Espíritu y nuestros corazones serán transformados, convertidos en corazones nuevos y capaces de defender la verdad por encima de todo, incluso en riesgo de nuestra propia vida.

Ese es el Fuego que Tú, Señor, has venido a prender. El Fuego de la Verdad, de la Justicia y de la Paz.  Un fuego que nos trae luchas, amenazas, persecuciones y tempestades que ponen en peligro nuestras vidas. Pero que, a pesar de esos riesgos y contrariedades, contigo, Señor, nos fortalecemos para superarlas y para, en lo más profundo de nuestro ser, encontrar el gozo y la paz de hacer tu Voluntad.

Tú has pasado por eso, y hoy, en el Evangelio, nos lo dices: «He venido a encender fuego en el mundo, ¡y cómo querría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba ¡y cómo he de sufrir hasta que haya terminado!»

Es el camino de nuestra propia cruz; es el grano de trigo que muere; es la renuncia a ganar la vida de este mundo; es el darse y entregarse al servicio de los demás, incluso de los enemigos. Es tomar tu cruz y seguir al Señor. Por eso, te pedimos Padre del Cielo que nos llenes de fortaleza, de valor y de fe, para seguirte a pesar de todas esas molestias, contrariedades y luchas por la que hemos de pasar cada día.

Danos la sabiduría y la luz para saber en todo momento superarnos y llenarnos de paciencia ante las adversidades de cada día, y para que siempre pongamos como prioridad el esfuerzo de seguirte y hacer tu Voluntad. Amén.

sábado, 13 de agosto de 2016

¡¡TRANSFORMAME, SEÑOR!!



Estoy en tus Manos, Padre del Cielo, y a ti te suplico que, como buen Alfarero me modeles según tu Voluntad. Haz, Señor, que mi corazón se sienta pobre y humilde y vomite todas las impurezas que el pecado le ha contaminado y, limpio de ellas, pueda entregarse, en paz y sosiego, a contemplarte en adoración y servirte en verdad y justicia.

Postrado ante Ti, mi Señor y Padre del Cielo, te pido que transformes mi vida, desordenada y esclavizada por el pecado, para que toda ella sea dedicada a servirte en la oración contemplativa y en el servicio, según tu Palabra, a los demás. Para ello, dame la sabiduría, la paciencia y la fortaleza de discernir con firmeza y voluntad por los caminos que Tú, mi Señor, quieres que camine y que te son agradables.

Transforma mi vida, Señor, y pon en mi corazón la ilusión, el deseo y la fuerzas de sólo servirte en el servicio y compasión a los demás. En tus Manos, Dios mío, como niño en las manos de sus padres, abro mi corazón para que con tu Amor y Misericordia sea modelado. Amén.

viernes, 12 de agosto de 2016

EN UN MUNDO EGOÍSTA Y DESORDENADO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



El egoísmo desordena los apetitos y estropea la unidad. Porque cuando uno se deja llevar por su egoísmo, este termina por someterle y dominarle. Y si no eres libres, no harás el bien ni la verdad, sino lo que te impulsen tus apetitos, apetencias y apegos. Buscarás dar respuestas a tus satisfacciones y responder a tus apetitos. Y eso te llevará a la desunión y destrucción.

¿Acaso no está ocurriendo eso en las familias? ¿Acaso el egoísmo y la ideología de género no llevan a los pueblos al hedonismo y la comodidad? ¿Y eso no destruye la vida y la familia? ¿Y no es verdad que los pueblos que matan terminan desapareciendo? ¿Y no vuela por encima de Europa esa amenaza?

Dar respuestas a esos interrogantes que están encima de nuestras cabezas es el planteamiento, si quieres político, que prioriza todas las cuestiones del hombre actual. La familia y la unidad familiar es la roca donde deben apoyarse los pueblos, porque si sus familias, unidas y en verdad y justicia, ordenan sus vidas en aras del bien y la paz, los pueblos renacen y prosperan.

Pidamos a la Virgen, Madre y esposa, que interceda por todas las familias y que el Espíritu Santo nos ilumine a fin de entender que la vida empieza su salvación por la familia y desde la familia. Porque la mejor escuela que se puede tener es la familia. El mejor plan de enseñanza es proteger y defender la familia. Amén.

jueves, 11 de agosto de 2016

NUESTRA VIDA DEPENDE DEL PERDÓN



Todas nuestras esperanzas descansan en el perdón. Este año, proclamado por el Papa Francisco, como año de la Misericordia, nos marca el camino y el rumbo de lo que tiene que ser nuestra vida. Vida vivida en la Misericordia como el Padre. Y no busquemos otra hoja de ruta, porque esa es la única.

En la parábola del siervo cruel (Mt 18,21—19,1), Jesús nos deja claro cual debe ser nuestra actitud de perdón ante los demás. Porque en esa medida del perdón que estemos dispuestos a dar, así también nosotros seremos perdonados. Y si el Señor nos propone eso, debemos confiar y creer que podemos hacerlo, porque nada imposible nos exigirá nuestro Señor.

Primero, porque en y con el Señor podemos lograr todo lo que nos propongamos siempre que sea su Voluntad. Porque para Él no hay nada imposible. Por lo tanto, esperanzado y confiados, pidamos al Señor que nos llene de su Gracia para estar en disposición de perdonar todas las ofensas recibidas tal y como Él nos perdona a cada uno de nosotros.

Nuestras vidas dependen del perdón. No viviremos en el Señor si no estamos dispuestos a perdonar. Ese es nuestro primer paso de conversión: Decirle al Señor que nos ponemos en sus Manos para que nos moldee como el alfarero y nos transforme nuestro corazón en un corazón nuevo capaz de perdonar todas las ofensas recibidas. Sabemos que, por nosotros mismos, no podemos alcanzarlo, pero sí en el Señor.

Todo nuestro camino está lleno de perdón. Vivimos porque hemos sido perdonadaos por el Señor. Y si observamos, vemos que también hemos recibido mucho perdón en nuestra vida de nuestros padres de la tierra, hermanos, amigos y personas en general. Necesitamos perdonar para ser perdonados. Pero, también sabemos por experiencia, que hay ofensas que nos cuestan mucho perdonar. Nuestra soberbia es la muralla que nos lo impide.

Pidamos al Señor la humildad y la fortaleza de, por la Gracia del Espíritu Santo, superar todos esos obtáculos que generados por nuestra soberbia y egoísmos se resisten a no dejarnos perdonar. Amén.

miércoles, 10 de agosto de 2016

TODO CONSISTE EN MORIR



La cosa es simple, se trata de morir. Y morir es morir. Eso significa que tu vida en este mundo está dispuesta a, no ser la primera, sino a quedarse rezagada pendiente de otras que no puedan avanzar. Es decir, todo consiste en ir al ritmo del que no puede caminar con rapidez o necesita muletas para caminar. Tu misión será entonces servir de muletas.

Y hay muchas clases de muletas. Modernas y más antiguas, pero en definitiva, muletas. Muletas que, sean como sean, son eficaces y viables para ayudar a caminar. Y caminar no es simplemente moverse, sino también avanzar, crecer. No sólo en movilidad y espacios, sino en conocimientos y cercanías. Porque el único camino que vale la pena recorrer y conocer, su peso es Oro Puro y el Gran Tesoro, es el Camino, es la Verdad y es la Vida.

Y las muletas que nos ayudan a recorrerlo son las de aquellos que están dispuesto a dar su vida para ello. Dar tu vida, por y para que sirvan de apoyo a otros y puedan llegar a Jesús es la razón de tu vida, y también la mía. Morir para nacer; morir para vivir; morir para resucitar en gloria por la Misericordia de Dios. Ser gano de trigo para que otros puedan comer y alimentarse.

Porque eso es lo que hace el Señor, nuestro Señor, en cada Eucaristía. Se vuelve alimento espiritual para que tú y yo podamos fortalecernos y transformarnos en camino, en verdad y en vida en Él y por Él. Creamos que en el Señor todo lo podemos. Dejemos que Él, por su Espíritu Santo, nos transforme y nos construya un corazón nuevo. Sólo necesita que lo pongamos en su Mano y le dejemos actuar.

Hágase tu Voluntad, Señor, como hiciste con María, tu Madre. Y danos un corazón humilde, disponible, sencillo, dócil y generoso, para, como Ella, estar dispuesto a morir para servir a los demás. Amén.

martes, 9 de agosto de 2016

DORMIDOS Y ATONTADOS POR COSAS PERECEDERAS




No me gusta llamar basura a las cosas de este mundo. Entre otras cosas porque han sido creadas por nuestro Padre Dios para nuestro provecho y para nuestro uso, pero, tengo que confesar, que muchas veces siento esa tentación porque pueden ser la causa por la que, despistados como las doncellas necias, seamos también nosotros necios, valga la redundancia, y perdamos el Único y Verdadero Tesoro por bienes y tesoros con minúscula que están llamados a desaparecer.

Por eso, en esta reflexión-oración de hoy, vamos a gastar nuestro humilde esfuerzo en pedirle al Señor que nos llene de luz, de sabiduría, de paciencia y voluntad para sostenernos firmes en su presencia, atentos y vigilantes para no ser sorprendidos por ninguna tentación, despiste u olvido, tal y como le ocurrió a aquellas doncellas necias.

Tenme siempre, Señor, pendiente de Ti. A pesar de que los otros se rían, se mofen y valoren poco mi humilde esfuerzo de ponerte en el altar de mi pobre vida. No permitas que me desgaste y, olvidado, no tenga mi lámpara plena de aceite, y también mi alcuza completamente llena.

Abre siempre mi boca para pedirte auxilio, sin miedo, sin respeto humano, sin vergüenza, sin dudarlo ni un sólo momento. Consciente a cada instante que Tú eres mi Padre y, como Padre, me has salvado por los méritos contraídos por tu Hijo Jesús, entregado a una Muerte de Cruz voluntariamente y Resucitado para tu Gloria.

Gracias, Señor, por pensar así, por traer a mi pobre mente estas palabras que Tú me envías, construyes y despierta dentro de mi pobre y pequeño corazón. Gracias, Señor, porque mis dedos se mueven para, en tu Amor y Misericordia, formarlas y compartirlas en y por tu Nombre. Gracias, Señor por el Infinito e Inmenso regalo de tu Salvación. Amén.

lunes, 8 de agosto de 2016

POR TU PASIÓN Y MUERTE, SEÑOR, NOS HAS SALVADO EN TU RESURRECCIÓN



Ser hijos de Dios es el privilegio y el honor más grande de este mundo, y también del prometido. Porque siendo hijos de Dios gozaremos eternamente de su presencia y en su plenitud. Por eso, Señor, te doy gracias eternamente porque me aceptas como hijo y me amas como Padre.

Un Padre que me das la herencia, la herencia de tu Gloria y coheredero con tu Hijo Jesús si, injertado en Él, padezco con Él a fin de que también sea glorificados con Él. Y eso lo haces extensivo a todos, porque somos todos hijos tuyo, Padre del Cielo.

Estamos, pues, salvados. Lo deciamos el otro día y, en el Evangelio de ayer domingo, nos lo repite de nuevo el Señor: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino (Lc 12,32-48). Y es que el Reino de Dios es el Señor Jesús, que ha venido para, en nombre del Padre, entregarse a una muerte de Cruz, que hoy nos la descubre, para pagar el rescate y librarnos de nuestros pecados y darnos la salvación.

Te damos gracias, Señor, poque no hay privilegio mayor. Te damos gracias, Señor, por el privilegio de darnos la enorme grandeza de ser verdadero hijos tuyos. Te damos gracias Señor por darnos tan alta y grande dignidad. Y te pedimos que nos des la sabiduría y la voluntad para superar todos los obstáculos que nos ayuden a ser digno de tan alto galardón y ser fieles a tu Palabra y Voluntad.

Danos, Señor, la fortaleza de responder a tu Misericordia y Salvación siendo buenos hijos. Hijos que cumplan tus mandatos y tus exigencias de amor, que no es otra cosa que simplemente hacer lo que más nos conviene, que es amar. Porque sólo amando encontraremos esa gozosa felicidad que buscamos desesperadamente y que por tu Misericordia y Bondad encontramos en Ti. Gracias Padre. Amén.

domingo, 7 de agosto de 2016

VIGILANTES Y DESPIERTOS A LA LLEGADA DEL SEÑOR



El verdadero tesoro no se puede dejar sin tenerlo controlado y vigilado. De la misma manera tenemos que estar vigilantes para que no nos sorprenda la llegada del Señor y estemos prestos a abrirle en cuanto llame a la puerta de nuestro corazón. 

Pero presentemos el verdadero tesoro. No tesoros caducos y expuestos a ladrones y polillas que los roban y corroen. Tesoros efímeros y caducos. Presentemos el verdadero Tesoro. Aquel que perdura, que está compuesto y hecho de buenas obras que relucen y le dan brillo. Aquel Tesoro que llena nuestro corazón de amor, justicia y paz. Y permanezcamos vigilantes para que los ladrones de este mundo no nos puedan distraer ni descuidarnos de tenerlo bien guardado y vigilado.

Por todo ello, te pedimos Padre del Cielo que nos des un corazón vigilante, atento y presto a saber buscar, guardar y sostener el verdadero Tesoro de Tu Reino. Un Reino donde con nuestro esfuerzo podamos dar brillo a la justicia, a la fraternidad, a la buena convivencia en paz y con amor. 

No permitas nuestras distracciones ni tampoco nuestras apetencias. Nos sabemos débiles, torpes, distraídos, humanamente frágiles y fáciles de poder convencer. Nuestros apegos y apetencias humanas nos pueden y nos someten, y somos presas fáciles de vencer. No queremos quedarnos solos, porque no sabemos vencidos. Te necesitamos, Señor, para que con tu Fuerza y Poder seamos invencibles. Somos esas ovejas que tu Hijo nombra en el Evangelio y fáciles de perderse. No permitas que seamos pasto de lobos y bandidos que tratan de engañarnos y devorarnos.

Sostennos firmes, despiertos, vigilantes y sabios en discernir y saber dónde y cuál es el Tesoro que debemos buscar y custodiar. Y, encontrado, que sepamos guardarlo y vigilarlo para que nadie nos lo robe ni nos aparte de Él. Gracias, Señor, por darnos tu Reino. Amén.

sábado, 6 de agosto de 2016

EN LA GLORIA DE JESÚS



Gracias, Señor, por manifestarnos tu Divinidad a través de tus apóstoles íntimos Pedro, Santiago y Juan. Gracias, Señor, porque nos has invitado y animado a no desfallecer y seguirte al mostrarnos tu Gloria y tu Poder en el Tabor transfigurándote en todo tu esplendor y divinidad, para fortalecer nuestra débil y frágil fe limitada por nuestra pobre y mísera humanidad. Gracias, Señor, porque tu Transfiguración nos ha levantado el ánimo y nos ha despertado de nuestro letargo y comodidades. Gracias, Señor, gracias.

Gracias, Señor, porque nos has enseñado tu Gloria y nos has manifestado tu Resurrección después de tu Pasión y Muerte en la Cruz. Gracias, Señor, porque nos has disipado las dudas de tu Divinidad. Gracias, Señor, por tu Palabra y tu entrega decidida y voluntaria, fundamentada y apoyada, en tu Testimonio y obras de Amor y Misericordia.

Gracias, Señor, por tu Amor y Misericordia, que nos sostiene y nos salva. Haz que seamos fieles a ella y seamos capaces de responder con nuestras coherencia de vida permaneciendo y perseverando en tu Palabra. Llénanos, Señor, de tu sabiduría para que sepamos, lleno de ella, dar testimonio de tu Divinidad y de seguirte hasta la cruz de nuestra propia vida.

Fortalecenos, Señor, y danos valor y voluntad para la lucha de cada día contra la adversidad y los criterios que quiere imponernos este mundo. Danos el entusiasmo y la motivación necesaria para siempre emprender los pasos que nos mueven a seguirte e ir detrás de Ti. En esa esperanza confiamos Señor. Amén.

viernes, 5 de agosto de 2016

AMAR ES SINONIMO DE CRUZ Y SACRIFICIO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Nada sucede por casualidad sino por la casuista. Todo está relacionado y controlado por Dios, de modo que tu vida y mi vida tienen sentido cuando están dirigidas y miran a Dios. Así, ganar la vida en este mundo es sinónimo de perderla para el otro, único y verdadero paraíso al que estamos llamados. Porque ganar en este mundo significa ser primero, y son los últimos, los que renuncia a ser servidos y sí a servir, los que, perdiendo sus vidas aparentemente en este mundo, la ganan para el otro.

Danos, Señor, la sabiduría de conocerte y experimentar tu Amor, Misericordia y Salvación. Porque sólo cuando lo experimente sabré realmente quien eres y cuánto has hecho por mí y cada uno de nosotros. Y cuánto nos quieres a cada uno. Yo, de momento, Señor, seguiré, erre que erre, a tu lado, insistiéndote y siguiendo tus pasos, a pesar de mi pobre y mísera humanidad pecadora, limitada y enferma.

Confío ciegamente en tu Misericordia, y, a pesar de mi pobreza y miseria, sé, mi Señor, que Tú me quieres hasta el punto de regalarme, entregando tu Vida a cambio, el precio de mi rescate y salvación. Tu Testimonio no deja ninguna duda. Te has entregado siguiendo voluntariamente la Voluntad de tu Padre a una muerte de Cruz, para rescatarme de la esclavitud del pecado. Y no hay prueba más grande que esa.

Por tanto, Señor, sólo se decir gracias por todo, y seguirte aunque mi humanidad no me deje comprender y se le haga cuesta arriba seguir el ritmo de tus pasos. Permíteme, Señor, poder ir detrás de Ti y dame fuerzas para nunca desfallecer. Amén.

jueves, 4 de agosto de 2016

TÚ, MI SEÑOR, ERES EL HIJO DE DIOS VIVO



A pesar de mi humanidad limitada y pecadora, yo, Señor, sé que Tú eres el Hijo de Dios Vivo, porque tu Palabra es salvadora y satisface mi búsqueda de salvación. Tú, mi Señor, tienes Palabra de Vida Eterna y creo que Tú eres el único que puedes dar luz a mi vida y llenarme de fe en Ti por tu Amor y Misericordia.

Porque yo, Señor, soy un pobre pecador lleno de dudas, limitaciones y debilidades. Esclavizado y sometido por el pecado a las pasiones de mi pobre humanidad. Y quiero ser libre, liberado de ese sometimiento al que me instiga el pecado. Y sólo en Ti, Señor, encuentro esa esperanza de salvación y liberación a la que aspiro. Porque todas mis esperanzas en este mundo, Señor, son caducas, vacías y huecas. No tienen sentido y me incitan al precipicio y a la muerte.

Dame, Señor, la paz de saberme salvado por tu Amor y Misericordia, y aumenta mi fe. Hazme dócil a tu Iglesia, y también a aceptar la cruz de mi camino hacia Ti. Porque tu camino termina en Cruz, y como Tú, Señor, tengo que compartirla contigo. Amén.

miércoles, 3 de agosto de 2016

CONFIADOS EN NUESTRA SALVACIÓN




No son quimeras, ni ilusiones, ni tampoco cantos de sirenas. Jesús, el Hijo de Dios Vivo ha venido a salvarnos. Son palabras que Él mismo ha proclamado y nos las ha dicho (Lc 19, 10). Y si eso es así, podemos decir a boca llena que ¡¡estamos salvados!! La fe, como ocurrió con la mujer cananea nos salva.

Eso no significa que podamos cruzarnos de brazo, ni tampoco que simplemente lo que tengamos que hacer es esperar. Se trata, como la mujer cananea del Evangelio de hoy, de buscar y seguir a Jesús, e insistir ante las dificultades que la vida nos pone para encontrarlo y llegar a Él. Lo que si sabemos por su propia Palabra es que seremos escuchados y salvados, porque el Señor ha venido para eso (Mt 18, 12).

Por eso podemos alegrarnos de sabernos salvados. El Señor nos perdona e infinita es su Misericordia. Eso sí, tratemos de seguirle, de tocarle, de vivir en su Palabra y, por su Gracia y Misericordia, llegaremos a recibir la salvación. Por eso, hoy vamos a pedirte, con más fuerza que nunca, Señor que nos des la fe. Una fe fuerte, valiente, dispuesta a luchar contra las barreras y dificultades que se interponga entre Tú y nosotros. Una fe cananea decimos hoy.

Porque confiamos y estamos seguro de tu Palabra. Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y lo que Tú dices, se cumple. Por lo tanto, entendemos ahora la gran Noticia, que enviaste a tus discípulos a proclamar: ¡¡Ha llegado el tiempo y la hora de nuestra Salvación!! ¡¡El Reino de Dios está entre nosotros!! Porque, Tú, Señor, eres el único y verdadero Reino de Dios.

Danos Señor el don de la fe y has que, lleno nuestro corazón de ella, pongámonos en camino para buscarte y seguirte por todos los rincones de este mundo donde quieras que Tú, mi Señor, vayas. Y que ante las dificultades y pruebas que la vida nos ponga, no cesemos de seguir y de confiar en Ti. En tus Manos, Señor, pongo toda mi vida y mi confianza. Amén.

martes, 2 de agosto de 2016

EN EL MAR DE TEMPESTADES DE NUESTRA VIDA



Escenas como las narradas hoy en el Evangelio no nos son extrañas, porque el mar de nuestra vida está cargado de vientos y tempestades. Quizás lo extraño es que cuando nos sentimos hundirnos tengamos la fe de saber que el Señor está a nuestro lado y nos salva. Porque nos olvidamos de que el Señor está con nosotros y se ha quedado para salvarnos.

Pedro lo tuvo claro, y obedeciendo al Señor, tuvo también momentos de dudas y de miedo, pero recurrió confiado y esperanzado a su auxilio y salvación. Y nosotros debemos también aclararnos. Estamos salvados, porque el Señor ha pagado nuestro rescate con su Muerte de Cruz y su Resurrección, para Gloria de Dios, y para que nosotros también seamos resucitados en Él.

Este año de la Misericordia de Dios, proclamado por el Papa, nos descubre que Dios, siempre y cuando creamos en Él, nos salva. Más claro que en la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32) no se puede decir. Pero eso, es decir, nuestra salvación, no significa que nos quedemos con los brazos cruzados, porque todo el mal que hagamos o el bien que dejemos de hacer, lo pagaremos hasta el último céntimos. Tendremos que purificarnos de todos nuestros pecados y omisiones, posiblemente, en el Purgatorio, para llegar al Cielo limpios y purificados.

Y eso significa que cuanto más bien hagamos, es decir, vivamos en la Voluntad del Señor, nuestra salvación será más rápida, por decirlo de alguna manera, y más directa. Es verdad que no sabemos lo que el Señor nos tiene reservado, pero nuestro sentido común nos ilusiona y nos mueve a la esperanza de sentirnos más gozosos en la medida que más cumplimos su Voluntad.

Por eso, Señor, hoy te pedimos que, como Pedro, nos tienda tu Mano salvadora y nos emerja de las profundidades de este mar de nuestra vida, donde la oscuridad, las tempestades, los vientos y todos los peligros tratan de ponernos en peligro y apartarnos de tu presencia. ¡¡Salvanos Señor!!

lunes, 1 de agosto de 2016

NO ESTAMOS SOLOS



Muchas veces nos preguntamos como hemos podido llegar a conseguir esto o lo otro. Es bueno mirar para atrás, no para recordar y lamentarnos, sino para ver los pasos que hemos avanzados y lo que hemos ido logrando. Mirar para atrás para ver que crecemos y no permanecemos parados. Porque en el día a día no nos damos cuenta de nuestros pasos y podemos caer en la tentación de desanimarnos y de creer que es imposible avanzar.

Hemos multiplicado muchos pasos en nuestras vidas y hemos avanzado mucho. Es verdad que también hemos tropezado y retrocedido en algunos momentos, pero hay más avance que retroceso. Y es que yendo con el Señor no podemos retroceder. Siempre avanzamos, aunque muchas veces no lo advirtamos. Por eso, nuestra actitud tiene que ser positiva y superar las difícultades, porque no estamos solos, sino que el Señor está con nosotros para ayudarnos a superarlas.

Posiblemente hay situaciones que no son para nosotros, pues el Señor sabe lo que somos y podemos, y lo que está señalado para nuestra capacidad y vocación. Tenemos unos talentos y en base a ello podemos hacer y solucionar muchos problemas y situaciones. Con la multiplicación de panes y peces, Jesús nos dice que no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Algo tendremos que hacer menos mandarlos para sus casas, y lo que falte lo pondrá el Señor.

Y esa es nuestra experiencia con y en muchas situaciones de nuestra vida. Hay momentos que no nos imaginamos que las cosas hayan salido como han salido. Ni tampoco que muchos estemos haciendo lo que realmente hacemos. Jamás podía imaginar que yo estuviese escribiendo y mis humildes escritos y reflexiones ayudaran a muchos de ustedes. Menos aún escribir algún libro. Y menos dar catequesis y recibir la gratitud de algunas personas. Realmente, así lo he dicho muchas veces, no es obra mía, es la acción del Espíritu de Dios en mí. Y en la media que mi vida transcurre, más patente se va haciendo esta experiencia y realidad.

Por todo ello, doy gracias a Dios y pongo mi vida a su disposición con todas las fuerzas que en este momento soy capaz. Y le pido que me aumente esa capacidad y las fuerzas de darme al máximo. Cada día un poco más; cada día un poco más perfecto como el Padre del Cielo es Perfecto (Mt 5, 46-48). Amén.