Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 1 de abril de 2014

LO PRIMERO ES EL BIEN DEL HOMBRE



A veces nos sometemos a la ley y es la ley la que manda sobre el hombre. Nunca debemos permitir que esto ocurra, pues la ley está para servir al hombre y no lo contrario. Es el sábado el que tiene que estar al servicio del bien del hombre, porque de no ser así estaremos sometiendo el hombre al sábado.

También nos sometemos a muchas cosas más: impaciencia, desesperanza, incredulidad, pereza...etc. Supongo que aquel paralítico de Betsaida experimentó todos estos sentimientos y su esperanza estaría muy baja, pues treinta y ocho años es media vida. Sin embargo, para Jesús no pasó desapercibido su problema y su enfermedad.

Te pedimos Señor cure las parálisis de nuestra vida y nos des fortaleza para superarlas y seguir tu camino. No nos dejes inmóviles ante la parálisis de nuestros miedos, nuestros temores, nuestras pasiones y egoísmos. Danos la fe y la confianza de saber esperarte y aguardar el momento de tu salvación, y la valentía de dar testimonio de tu Palabra y de tu Amor.

E ilumina la vista de nuestro corazón para que no sólo veamos lo que nuestros ojos alcanzan a ver, sino lo que Tú Señor tienes preparado para aquellos que escuchan tu Palabra y la ponen en práctica.

lunes, 31 de marzo de 2014

MUÉVEME SEÑOR PARA BUSCARTE Y AMARTE



No tengo otra alternativa sino la de buscarte. Empiezo a sufrir por aquellos amigos que, estando seriamente enfermos, pasas inadvertidos entre ellos. No les mueve la necesidad de curación tu Palabra y tu Persona. Son ciegos que buscan curación entre ciegos, porque a lo más que pueden aspirar es a alargar sus vidas y sus sufrimientos unos segundos más.

Te doy gracias Señor por  darme la fe de creer en Ti y buscar tu presencia para suplicarte curación y salvación eterna. Quiero, Jesús, que me des de esa agua que salta hasta la vida eterna que ofreciste a la mujer samaritana. No quiero quedarme impasible y con los brazos cruzados. Yo creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo que has venido para salvarnos de la esclavitud del pecado.

Quiero seguir tus pasos y tratar de, con tu Gracia y la asistencia del Espíritu Santo, esforzarme en vivir a tu Estilo, en tu Verdad y según tu Palabra. Necesito tu Aliento y tu Fuerza para servirte en los hermanos y amarte en los hombres, incluso en mis enemigos.

Muéveme Señor para que te busque sin descanso confiado que en Ti encontraré el camino de salvación.


domingo, 30 de marzo de 2014

NO ME BASTA CON LA LUZ DE MIS OJOS



Gracias Señor por la luz de mis ojos, porque con ella veo todas las maravillas que has creado para gozo y recreo del hombre. Pero no me basta esta sola visión. Necesito otra clase de vista más importante Señor. Necesito la vista de la fe. Es esa la más importante y la que realmente salva.

Tú, Señor, has venido a iluminar nuestras vidas y a darnos la luz de la fe que nos alumbre . Y yo, Señor, te pido hoy esa luz en nombre de todos los hombres. De los que quieren ver y te buscan y de los que permanecen ciegos y rechazan ignorantemente tu luz. Porque Tú Señor eres la Luz de este mundo alocado que, alejado de Ti, se derrumba por el abismo del sin sentido y la perdición.

Toca mis ojos Señor y úntalos con tu sagrada saliva amasada con el barro entre tus Manos para que vean. Para que vean la verdadera Luz de tu Divinidad, de tu Inmenso Amor que nos busca y nos salva. Despierta en mí la mirada que traspasa lo que ve delante y trasciende hasta Ti, porque temo quedarme deslumbrado por las finitas y caducas cosas de este mundo que, en su aparente brillo, me confundan y me pierdan.

Señor, tómame en tus Manos y dame la Luz para que vea, porque yo quiero recibir esa Luz que Tú has venido a traer a este mundo. Amén.