Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

CEGADOS POR LA CARNE HERIDA



No sabemos caminar en tu búsqueda Señor. No sabemos caminar, porque lo hacemos sólo pensando en nuestras apetencias materiales y en la sanación de nuestras dolencias y enfermedades. Es muy importante que descubramos nuestra miseria humana. Somos pecadores, heridos por el pecado original de nuestros padres y no podemos prescindir de esa terrible enfermedad.

Ayúdanos a descubrirnos enfermos, pero más enfermo del espíritu que del cuerpo. Bien, es verdad, que necesitamos que nos sane también el cuerpo, porque mientras caminamos hacia Ti necesitamos ir aliviados y con alegría. La enfermedad nos entristece y nos duele, y así, Señor, Tú que lo has experimentado en la Cruz, sabes lo difícil e imposible que resulta para nosotros, porque sin Ti, nuestro dolor pierde sentido y se nos hace cuesta arriba.

Sólo en Ti todo se torna luz, claridad, esperanza y deseos de vivir, porque aunque el dolor de este mundo nos venza con la muerte, sabemos que en Ti volveremos a la Vida, y una Vida gozosa y llena de Paz en tu Divina presencia.

Por eso, Señor, contigo todo cambia y lo que nos resulta invencible sin Ti, contigo es superable y vencible. Te pedimos, Señor, que nos alumbres el camino y nos des la sabiduría de buscarte por la verdadera y única razón, lo demás son simples añadiduras que Tú también sabes que necesitamos y, en la medida que sean para nuestra salvación, nos darás.

Porque lo único que importa es permanecer junto a Ti y el Padre para siempre en el gozo y la paz infinita. Porque Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida.

martes, 2 de septiembre de 2014

¿DE QUIÉN ME PUEDO FIAR?




Nunca el hombre ha sido de fiar, al menos plenamente. Por eso han habido y hay conflictos. son palabras incumplidas, engaños y mentiras. Hoy, incluso, da la sensación de que la palabra se incumple de forma sistemática y sin ninguna vergüenza. Ni los matrimonios pueden fiarse. La pregunta brota desde lo más profundo del corazón humano: ¿De quién podemos fiarnos?

Gracias Señor porque Tú si tienes Palabra de Vida Eterna. De Ti nos podemos fiar, porque en Ti todo ha tenido pleno cumplimiento. Hoy, Jesús nos confiesa que el pasaje del libro del Profeta Isaías tiene verdadero cumplimiento en Él. Y lo último, la Resurrección, el fundamento de nuestra fe, tiene plena garantía en Ti, Señor, que vives entre nosotros.

Tus apóstoles, aquellos que quedaron atónitos ante tus Palabras y que no comprendía nada, son los que más tarde, permaneciendo junto a Ti, sus ojos se abrieron y comprendieron asistidos por el Espíritu Santo que tenías que padecer y morir, para luego resucitar. Todo se ha cumplido Señor, y tu Palabra tiene plena garantía de ser creída.

Por eso, Señor, creemos que Tú eres el Hijo de Dios hecho Hombre. El Mesías enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos y para anunciar el año de Gracia del Señor. Y para liberarnos de las garras del Maligno que trata de aprovechar su ventaja al tenernos tocados por el pecado.

Danos Señor la Gracia de sabernos salvados en Ti y de confiar, abandonados a tu Misericordia y Amor, en tu perdón y salvación ante la amenaza de Satanás. Amén.

lunes, 1 de septiembre de 2014

EL DESESPERO DE LA POBREZA

La Gracia de la humildad


Nadie quiere ser pobre, ni tampoco estar enfermo. Buscamos ser felices y tener riqueza y poder y olvidamos que en esos tesoros con minúscula no se encuentra el Señor. Es verdad que la pobreza, la enfermedad y las miserias todos las rechazamos, pero también es verdad que el puente para pasar de la insatisfacción y la infelicidad a la verdadera y eterna felicidad es precisamente la pobreza y la enfermedad.

Porque sólo siendo pobre y enfermo sentiremos la necesidad de liberación y sanación. Porque sólo aquel que, como la viuda de Sarepta de Sidón o Naamán el sirio, buscarán el alimento para mitigar el hambre o la curación para vencer la lepra. De ahí que la pobreza y la enfermedad esconden verdaderos tesoros que nos señalan e indican el camino de salvación.  

Porque Jesús, Él nos lo dice, viene a salvar, no al rico, suficiente y sano, sino al pobre, enfermo y necesitado que busca alimento, salud y salvación. Pidamos al Padre, injertado en su Espíritu, encontrar el verdadero camino de salvación que nos conduzca a liberarnos del hambre y la lepra que nos amenazan de muerte.

Y busquemos también el auxilio, la compañía de nuestra Madre, la Madre de Jesús, que supo en todo momento ser humilde con sencillez, obediencia y paciencia perseverando en el camino al lado de su Hijo. Ella podrá auxiliarnos y socorrernos en los momentos de prepotencia, de soberbia, de desesperación y de oscuridad. 

Ella nos ayudará a ser pacientes y obedientes y a mantenernos, en la humildad, perseverantes y fieles a la Palabra de su Hijo. Nos alentará a seguirle y obedecerle, como hizo con aquellos siervos en las bodas de Cana invitándoles a que hicieran lo que Jesús les mandaba.