Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 24 de noviembre de 2014

SI NUESTRA ORACIÓN NO DESEMBOCA EN DARTE...



Esta es la cuestión. No se trata de dar, sino darte. Y si nuestra oración no desemboca en eso, se supone que la estamos haciendo mal, o mejor, falseando y mintiendo. Cuando pedimos que venga a nosotros el Reino de Dios, estamos pidiendo que nuestro mundo se más justo y solidario con los pobres y necesitados.

Y nuestro mundo es nuestro entorno, los que vemos todos los días y los que vagan perdidos sin horizontes y sin sentido y carentes, por su pobreza, de lo necesario para vivir y pensar. Nuestra oración debe servir para eso, y si no sirve es que no la hacemos con autenticidad, con espíritu sincero y disponible, y sin condiciones, cerrándole las puertas a la acción del Espíritu Santo.

Es verdad que la caridad hay que organizarla, trabajarla y ofrecerla a quienes la aprovechen y la necesitan. Y también exigirle colaboración y esfuerzo, pero estar dispuesto a darla es lo más importante. Me fijo ahora en la curación de los diez leprosos. Sólo volvió uno, el samaritano precisamente, a dar las gracias. De los demás, hijos del pueblo, no se sabe nada. Sin embargo, Jesús siguió dándose y curando. Posiblemente, nosotros hubiésemos aprovechado par justificarnos y esconder la mano.

No puede ser excusa para nosotros que muchos no lo agradezcan o no la aprovechen. Nuestra exigencia de amar nos lo exige y nos invita a darnos a pesar de que luego eso no se aproveche. Jesús se ha dado todo y a todos, y sigue dándose sin correspondencia ninguna por muchos de nosotros. El Espíritu Santo espera pacientemente a que le abramos la puerta de nuestro corazón y no se ausenta por la ausencia de nuestra respuesta.

¿No debemos de tener nosotros la misma actitud? Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza y la generosidad de despojarnos de todo egoísmo y ser solidarios y desprendidos para, humildemente, darnos sin condiciones ni exigencias en aliviar las esclavitudes y necesidades de los demás. Amén.

domingo, 23 de noviembre de 2014

GRACIAS SEÑOR POR LA ETERNIDAD



Gracias Señor por tu Aliento que empuja nuestros pasos y mueve nuestras esperanzas. Gracias Señor por la Vida y por la promesa de Eternidad. Gracias Señor porque sin Ti la vida sería insípida y insalubre y sin sentido. Porque caminar sin esperanza sería la mayor de las desesperanzas y tristezas.

Sin embargo, no lo entiendo Señor, observo a la gente que camina el itinerario de su vida, indiferente, distraído, ajeno a tu presencia y falto de esperanza eterna. Anhelan esperanzas mundanas, pero no quieren escuchar ni oír que esas esperanzas son vanas, finitas, caducas... ¿Cómo pueden andar el camino de sus vidas en esa actitud cuando tienen la promesa de la esperanza de vida gozosa y eterna?

Sí, me lo digo a mí mismo, falta de fe. Pero es que la fe hay que buscarla. Es un don de Dios, pero hay que buscarla, pedirla y arrimarse al Señor, suplicándole que nos la infunda y aumente. No obstante, el Señor ha sellado dentro de nosotros la inquietud y el deseo de felicidad eterna, y eso buscamos desesperadamente, pero cuando no lo hacemos en el Señor, nos equivocamos de camino y nos perdemos.

Por eso, hoy te pedimos Señor que nos aumentes nuestra fe para que en Ti podamos vivir el amor. Ese amor que Tú nos tienes, nos regalas, y por el que nos ofrece la Vida gozosa y eterna que todos buscamos. Te suplicamos que tengamos la sabiduría, la fortaleza y la voluntad de buscarte y luchar en el amor por estar entre tus elegidos, porque eso nos dará la salvación eterna.

Señor, ayúdanos a no alejarnos de Ti. Crea en nosotros un corazón nuevo, y limpio de toda maldad, para que, siendo Tú el Centro y Rey de nuestras vidas, te descubramos en los pobres, en los necesitados, en los que sufren y carecen de lo necesario para tener una vida digna, y seamos generosos y atentos a aliviarles.

Señor danos la Gracia de vivir en tu presencia y de, vivido el amor que Tú nos propones, contar entre tus elegidos el día de tu Gloriosa venida. Amén.


sábado, 22 de noviembre de 2014

LA VIDA SIGUE, PERO DIFERENTE Y ETERNA



Esa, en mi humilde opinión, debería ser la letra de la famosa canción de Julio Iglesias. La vida nunca será igual sino eterna y gozosa para aquellos que vivan en la Voluntad de Dios. Y maldita e infernal para aquellos otros que le hayan rechazado. Porque esta vida humana, acaba, y ya nunca será igual.

Estamos en un tiempo de Gracia, y hay que aprovecharlo. Aprovecharlo en cable de amor. No hay mayor tesoro que vivir amando, porque en ese vivir encontramos el auténtico tesoro: "La felicidad eterna". En esa línea, los mejores buscadores de tesoros son los santos, porque han encontrado en verdadero y único tesoro: la verdadera y eterna felicidad.

Felicidad eterna que nunca la podrá dar ningún tesoro minúsculo de este mundo. Pidamos al Padre Dios la Gracia de saber discernir y encontrar el camino donde descubramos y vivamos cada día, el amor recibido de nuestro Padre Dios, y, agradecidos, corresponder a ese amor en los hermanos.

Y lo hagamos injertados  en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida Eterna. Amén.