Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 24 de enero de 2015

BENDICE SEÑOR NUESTRA LOCURA



¡Bendita locura Señor caminar tras de Ti y tratar de imitarte! ¡Bendita locura la del esfuerzo de amar y darme en ese amor hasta consumir mi vida! ¡Bendita locura, Señor, la de complicar mi vida para simplificar la vida de otros! ¡Bendita locura, Señor, la de morir haciendo el esfuerzo de servir como Tú lo has hecho con cada uno de los hombres!

Danos la fuerza de ser capaces de renunciar a nuestras apetencias y egoísmos para, liberados, entregarnos al servicio y a la atenta escucha de la comprensión, compasión y misericordia por los demás. Libéranos, Señor, del poder de la murmuración, de las habladurías y la influencia de quienes nos quieren arrastrar al mal, para que siendo libres actuemos sin prejuicios y en plena libertad.

Líbéranos, Señor, de manifestaciones, actos y signos piadosos exhibicionistas y exagerados para ser visto, y guárdame de ostentaciones y lucimientos que no corresponden a un deseo sincero y coherente de seguirte y servirte haciendo el bien en los hermanos. Pero danos también luz, paciencia y sabiduría para hacer lo debido, lo justo y necesario buscando tu Gloria y no la mía.

Danos, Señor, la paciencia de escucharte en el ejercicio de escuchar a los demás, y la sabiduría de saber, valga la redundancia, interpretarte.

viernes, 23 de enero de 2015

SER LUZ, NO PENUMBRA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Cada uno en su familia está llamado a ser luz, ejemplo y mediador entre sus hijos y Jesús. Cada uno tiene una misión en su entorno, ambiente y circunstancias que ponga a los que le rodean en relación directa con Jesús. Al menos que les sirva de enlace y presentación, luego será él quien tendrá que vérselas con Jesús y responder o no a su llamada.

La misión no es sino dar testimonio de que Jesús vive y viene a salvarnos. La misión no es sino dar testimonio de la alegría y la esperanza de que el mundo es el medio por y donde podemos ganar la vida y dicha eterna. La misión es vivir en la esperanza de experimentarnos salvados para siempre. Y eso cuando se vive se transmite.

También puede ocurrir que se nos llame a algo más, como le ocurrió a Pablo, a Pedro y a otros muchos. Y eso será cuestión de estar atento, escuchante, dispuesto a dejarte encontrar y a responder confiado y abandonado en el Señor. Si te llama es porque puedes hacer lo que Él quiere y espera de ti.

Pero antes debes seguirle y responder a su llamada. En la diaria convivencia con Él encontrarás respuestas a tus interrogantes, y señales para el camino. Seguirle es convivir diariamente, a cada instante, hablando y escuchando. Alimentándote de la Vida de la Gracia y en perseverante y constante oración. No te quedarás sin respuesta e irás encontrando el camino que Él quiere que recorras.

Jesús Vive, y está a tu lado. ¿Cómo no te va a hablar? ¿Cómo no se va a preocupar por ti? ¿Cómo no va a querer solucionar tus problemas? Posiblemente, no será como tú has pensado y quieres. Las soluciones las da Él, no tú, porque es Él el Señor, el que sabe, el todo poderoso y que todo lo puede. A ti y a mí sólo nos corresponde obedecer y confiar. 

Posiblemente no te guste, pero es así, necesitamos humildad y reconocernos siervos, pero seguros de que Él nos ama hasta dar la vida por cada uno de nosotros. Amén. 

jueves, 22 de enero de 2015

AMAR SEGÚN MIS APETENCIAS



Yo sé donde me meto, se oye decir. Yo sé lo que me conviene y en dónde debo estar. Son frases que descubren nuestras intenciones y la manera que los hombres entienden el amor. Amar no será nunca un sentimiento, aunque para amar sentimos, ni tampoco una apetencia o gusto. Amar es un compromiso por el que yo descubro que sólo amando puedo ser feliz y alcanzar el gozo eterno.

Los sentimientos sólo nos descubren que estamos vivos. Hoy siento esto, pero mañana puedo sentir de otra forma. Por eso, cuando los sentimientos nos dicen que se ha acabado el amor, nos están mintiendo, porque el amor no es un sentimiento sino un compromiso. Un compromiso, que, si que es verdad, tuvo su comienzo en un sentimiento de enamoramiento y atracción, pero que luego se transforma en responsabilidad que nos exige paciencia, soportar, dominio, comprensión y unidad.

El amor es verdadero amor cuando es capaz de querer en los momentos de exigencias de perdón, de dificultades, de soportar obstáculos, de comprensión, de diferencias, de...etc. El amor no termina, porque si termina significa que nunca lo hubo ni existió. En su lugar estaba el sentimiento, la apetencia, la satisfacción, la soberbia, el poder, la riqueza...

Por eso, vivir el amor exige estar entre los otros y unidos a los otros. Así, el Señor que lo sabe todo nos invita a la unidad, a ser uno como Él y el Padre son uno. Y esa exigencia de unidad nos interpela y nos llama al amor.

Pidamos al Señor que nos ilumine y nos descubra la necesidad que tenemos de soportarnos, de querernos, de comprendernos y, sobre todo, de ir juntos hacia la Casa del Padre. Amén.