Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 25 de mayo de 2017

EL GOZO DE EXPERIMENTAR TU PRESENCIA

Sin Ti nada podemos. Esa es la verdad, pero esa libertad y voluntad que nos has regalado nos puede servir para abrirnos a tu Espíritu y experimentar tu presencia. Claro, que sólo con tu Gracia podemos claramente sentirte, experimentarte y verte. Tú, Señor, lo puedes todo y puede hacer aquello que nosotros nunca podamos entender y menos hacer.

Por eso, queremos verte y experimentarte, pero aceptamos que no podemos, sino sólo si Tú nos lo permites y quieres. Y, quizás, nuestra labor y misión será permanecer postrados a tus pies hasta que Tú decidas y permitas que te veamos. Sólo Tú. Señor, puedes convertirme, y eso se hará si Tú me eliges. A mí y a todos nosotros no nos queda sino esperar y confiar en Ti, tu Amor y Misericordia.

Danos, Señor, la sabiduría de saber esperarte; danos la fortaleza de soportar toda la oscuridad que se interpone en nuestras vidas; danos la paciencia de permanecer fiel a tu Palabra, aunque no entendamos tu Camino ni veamos nuestros frutos. Danos fe y voluntad para sostenernos ante las seducciones de las tentaciones que el mundo nos ofrece.

Queremos esperarte, Señor, y esperarte con nuestras lámparas encendidas y provistas de suficiente aceite para que nunca se apaguen. Queremos esperarte, a pesar de nuestras dudas, de nuestras vacilaciones, de nuestras inconstancias y de nuestros pecados. Queremos esperarte a pesar de nuestros desesperos y fracasos, y de nuestras limitaciones, que endurecen nuestros corazones y nos amenazan con alejarnos de Ti. Queremos, Señor, estar contigo y sentir tu Paz y Misericordia.

Confiamos en tu Palabra y esperamos pacientemente tu regreso y tu promesa de ver como todas nuestras tristezas y sufrimientos se convierten en gozo eterno. Amén.

miércoles, 24 de mayo de 2017

PREVENIR ESCUCHANDO AL ESPÍRITU

En cierta ocasión escuché de un abogado que lo verdaderamente importante es prevenir. Prevenir ante que curar. Eso en el último remedio. Y esto, porque se quejaba que la gente recurría al abogado cuando ya había cometido el delito. Y realmente sucede así, vamos al médico cuando ya hemos contraído la enfermedad, en lugar de acudir cuando notamos síntomas.

Algo parecido nos ocurre a los cristianos, recurrimos al Espíritu Santo, o, dicho de otra forma, le invocamos o le consultamos cuando ya hemos tomado y ejecutado nuestra propia decisión. Sería lo lógico pedirle consejo, auxilio y ayuda antes de dar un paso. Es decir, lo utilizamos para que nos saque del problema o nos solucione nuestro error. Y debemos actuar de otra forma.

Hoy nos dice Jesús cosas muy bellas y esperanzadoras. Nos envía el Espíritu Santo para que nos auxilie y nos vaya revelando todo lo que no hayamos entendido y todo lo que nos falta por saber y entender. Nuestra meta es llegar a la Verdad plena, y en el Espíritu Santo lo conseguiremos. Pero ello nos obliga a estar dispuestos, abiertos y expectante a la escucha de sus impulsos y señales.

Pidamos, confiados y esperanzados, la luz al Espíritu Santo; pidámosle que nos ilumine y nos dé la sabiduría necesaria para ir entendiendo lo que quiere de nosotros, y la voluntad suficiente para ser capaz de, no sólo escuchar y entender, sino también llevar a buen termino y transformar en buenos frutos lo que me pide. Y, para eso, pidámosle que aumente nuestra fe y nos fortalezca con paciencia y serenidad.

Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría; ven, Espíritu Santo, y dame el don de entendimiento; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo; ven Espíritu Santo, y dame el don de Fortaleza; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia; ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad; ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios. Amén.

martes, 23 de mayo de 2017

NUNCA SE HA IDO

Ha subido a la derecha del Padre, pero su Espíritu permanece con nosotros. Convenía que se fuera al Padre, pero en su lugar ha venido el Paráclito, el Espíritu de Dios, que nos asiste y nos acompaña en nuestra aventura de vivir en su Palabra y dar testimonio.

Pidamos su presencia y creamos en Él. Recibiremos la fuerza que nos dará luz, sabiduría y todo lo que necesitemos para, siguiendo nuestro camino, vivir en la Palabra del Señor. Demos testimonio corespondiendo a su Amor e imitándole con los hombres. Respondamos a las injurias y burlas de los hombres, como Él respondió y, necesitados de su Gracia, para tal misión, pidámosla con verdadera confianza y fe.

Pues como un Padre que sabe lo que sus hijos necesitan, nos la dará. Ya nos lo ha dicho y recordado: Pedid y se os dará... -Mt 7,7-. Aumenta nuestra fe, Señor, y fortalece nuestra voluntad para que, como hijos agradecidos, sepamos responder y vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.

Gracias, Señor, porque permaneces entre nosotros y nos recuerda y has dicho que estarás con nosotros durante todo nuestro camino. Y que regresarás para llevarnos contigo. Danos la paciencia y la paz para saber soportar todas las inclemencias del tiempo y esperarte con alegría y esperanza, valga la redundancia. 

Creemos en Ti, Señor, y, a pesar de nuestra tristeza, consecuencia de nuestra ignorancia y necedad, danos la sabiduría de confiar y aguardar con expectante escucha y esperanza tu regreso, para abandonados a tu Amor confiarnos a tu Misericordia. Amén.