Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 17 de julio de 2017

DAME, SEÑOR, SABIDURÍA PARA ENTENDER


Cuesta entender. Y cuesta, porque nuestra razón razona, valga la redundancia, de manera y forma humana. No podemos entender que nos vayamos a enfrentar con nuestros padres, ni hermanos e hijos. ¿Cómo puede suceder eso? Incluso, pensamos que estamos dispuesto a tolerarles muchas cosas que nosotros no vemos de la misma forma. Son nuestros padres, hermanos, hijos...etc.

Sin embargo, experimentamos una contradicción. ¿No descubrimos que en la media que Dios ocupa el centro, meta y fin de nuestra vida, que la primera obligación, después de centrarnos en el Señor, es honrar a padre y madre? ¿No deducimos que, en la medida que amemos más al Señor, le corresponderemos más a ese amor si amamos más a nuestros padre. Y también a nuestros hijos, hermanos y familia en general. Y, la cima y máxima expresión de nuestro amor al Señor se fundamenta en el amor, no sólo a los nuestros, sino a nuestros enemigos.

Y si quieres responder y poner a Jesús en el centro de tu vida, tendrás que, simultáneamente, esforzarte en amar a todos los hombres. Sean del color y creencia que sea, e, incluso, tus enemigos. Porque, así te ama Dios y así quiere que tú también le ames. Y, como nos experimentamos pequeños, limitados, imperfecto, pobres y pecadores para poder amar con esa capacidad, te suplicamos, Señor, que nos des tu Gracia y nos fortalezcas en sabiduría y voluntad para poder amar de esa forma en la que Tú nos amas.

Esa es nuestra petición de hoy. No pedimos tesoros ni bienestar. Aceptamos la cruz que nos toca llevar. Cada cual sabe la que tiene, y no envidies la del otro por parecerte más suave, porque es la tuya la que Dios quiere que lleves y soportes.Eso sí, te pedimos fuerza, paciencia, luz y perseverancia para, aun no entendiéndola, soportarla y cargarla sobre mis débiles hombros. 

Y esperar confiado que tu Palabra se cumpla como siempre ha sucedido. Porque, Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna y has vencido a la muerte. Amén.

domingo, 16 de julio de 2017

REGANDO TU VIDA

Cuando cae agua nace la posibilidad de que la tierra dé frutos. Sin agua esa posibilidad es nula, pero con agua crece muchos enteros. No es seguro del todo, porque hay lugares que, a pesar de la lluvia, la tierra no germina ni da frutos. Hay una condición, que sea tierra buena.

Porque, teniendo agua en abundancia, tu tierra puede ser estéril y no dar frutos. Porque, puedes oír la Palabra, pero no entenderla ni esforzarte en hacerlo, y, pronto, el Maligno, te alejará y dejará estéril ante la Palabra. Son los pajarillos que se comen tus semillas. Puedes tener oportunidad de escuchar la Palabra, pero llenar tu corazón de cosas mundanas y no hacer lugar para las cosas de Dios. Y puedes conocer la Palabra y hasta estar dispuesto a vivirla y entusiasmarte con ella, pero la seducción del mundo y las riquezas terminaran por alejarte y desistir.

Son muchas las tentaciones y los peligros que pueden alejarnos de la Palabra y del camino que conduce al Señor. Y, sobre todo, a dar frutos que testimonien nuestro amor y nuestra fe. Por eso, Señor, te pedimos que nos riegues nuestras vidas con tu Gracia y nos mantengas siempre en el camino. Te pedimos, Señor, que abras nuestros corazones y dejemos que tu Palabra los fecunde y los haga fructificar y dar frutos. Te pedimos, Señor, que conviertas nuestro corazón en tierra buena, fértilmente abonada, para que sea frondosa y fértil a dar hermosos y buenos frutos.

Riega, Señor, nuestras vidas y conviértela en jardines que den hermosas flores, llenas de colorido que irradien paz y serenidad. En fructíferos árboles que desprendan hermosos frutos que alimenten el amor y la fraternidad entre los hombres y favorezcan la justicia y la paz. Y en tierra que persevere, que se mantenga abonada y abierta a la lluvia de la Gracia que, con y por los Sacramentos de tu santa Iglesia, nos sostengan siempre fuertes y decididos a seguir sembrando la tierra de nuestra vida con buenos frutos. Amén.

sábado, 15 de julio de 2017

ORACIÓN Y RUTINA

Cada día parece igual al otro. Sale el sol por el mismo lugar, y se vuelve a marchar por el de siempre. Y, aparentemente, ocurren las mismas cosas del día anterior. Es verdad que, de vez en cuando, hay algún suceso o noticia diferente que parece cambiar la rutina, pero la sustancia de cada día es muy parecida. Por lo menos, a título personal de cada uno.

Sin embargo, todo es diferente, porque Dios está en todo, y, por supuesto, contigo. Y Dios no se repite, pues dejaría de ser Dios. Dios es siempre Dios y su eternidad es infinitamente plena de gozo y felicidad. Y eso no puede aburrir ni hacerse rutinario. 

Sucede que tú y yo no lo vemos, ni lo comprendemos, ni apreciamos esas diferencias de cada día. Para empezar Dios no tiene espacio ni tiempo. Es eterno, y eso cambia toda nuestra forma de ver las cosas y de entenderlas. Cada día, si lo miramos desde la mirada de Dios, toda cambia y es diferente. Y en esa mirada descubrimos nuestra pequeñez y pobreza, y la necesidad de luchar para sostenernos en el Señor y desprender amor y misericordia.

Esa es nuestra petición de hoy. Sácanos Señor, de la rutina de quedarnos atrapados con y en las cosas de este mundo inmóvil. En movimiento, pero parado y caduco en el tiempo. Ábrenos los ojos y llénanos de abundante misericordia ante los acontecimientos de cada día para verlos con tus Ojos y tu Mirada. Eso, simplemente, le dará un matiz y un color amoroso y diferente, cargado de luz y de alegría, a cada día de nuestra existencia.

Eso queremos pedirte hoy Señor, que nos hagas ver las diferencias de cada día que se esconden en nuestros corazones y tratar de vivirlas. No desde la indiferencia, sino desde el amor y la misericordia. Llénanos de tu Espíritu y danos motivos ilusionantes para, aceptando tu camino de espinas, soportarlo con entrega, voluntariedad, alegría y gozo. Amén.