Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 18 de julio de 2017

PENSANDO EN TU ENCUENTRO

Es posible que nuestra tendencia natural sea agarrarnos a la vida. Sin lugar a duda, somos humanos y esa es nuestra tendencia natural. Pero, la vida humana es una vida corta, destinada a corromperse y sufrir una transformación. Y, esa transformación, es lo verdaderamente importante. Es lo que cuenta y lo que importa. Nada ni nadie le puede superar. Morir para Resucitar. Es lo que Jesús nos ha revelado y nos ha venido a comunicar. Es la Buena Noticia de salvación.

Por tanto, todo lo que puedes aspirar aquí abajo, siendo importante desde nuestro punto de vista humano, no se puede comparar con el gran Tesoro de la Vida Eterna. Eso es lo que nos promete Jesús, y, no sólo eso, sino que nos lo ha demostrado resucitando a Lázaro, su íntimo amigo. También a la hija de Jairo y al hijo de la pobre viuda de Naím. Y a otros gravemente enfermos. 

Pero, lo más asombroso, su propia Resurrección. El fundamento de nuestra fe. Gracias, Señor, por darme la sabiduría de creer en tu Palabra y fiarme de Ti. Gracias, Señor, por ilusionarme y llenarme de esperanza con el momento de mi encuentro contigo, mi propia muerte. Gracias, Señor, por darle sentido a mi vida y hacerla más valiosa y gloriosa en la medida que se consume y se acerca al encuentro directo contigo. Gracias, Señor.

Pero, quiero pedirte que me des la fuerza y voluntad de no descansar ni pararme. De seguir amando más y mejor que lo habré podido hacer, y de abrir mi corazón a tu Misericordia. Porque, la necesito, Señor. Necesito que laves mis heridas y enmiendes mis fracasos, torpezas y pecados. Perdóname, Señor, por tanta basura e inmundicias que te he ofrecido. Perdóname, Señor, y inundame de humildad y de saberme pobre, pecador e indigno de recibir tu Misericordia y tu perdón. Pero, ¿a dónde y a quién voy a ir, Señor, si no es a Ti, que eres Infinitamente Misericordioso y perdonas todos mis pecados?

Tú, Señor, eres mi única esperanza y quien sostienes mi vida y le das sentido. Aléjame de la actitud de Corozaín y Betsaida, y abrir mi corazón a la escucha de tu Palabra y a la acción de dar frutos. En Ti, Señor, confío. Amén.

lunes, 17 de julio de 2017

DAME, SEÑOR, SABIDURÍA PARA ENTENDER


Cuesta entender. Y cuesta, porque nuestra razón razona, valga la redundancia, de manera y forma humana. No podemos entender que nos vayamos a enfrentar con nuestros padres, ni hermanos e hijos. ¿Cómo puede suceder eso? Incluso, pensamos que estamos dispuesto a tolerarles muchas cosas que nosotros no vemos de la misma forma. Son nuestros padres, hermanos, hijos...etc.

Sin embargo, experimentamos una contradicción. ¿No descubrimos que en la media que Dios ocupa el centro, meta y fin de nuestra vida, que la primera obligación, después de centrarnos en el Señor, es honrar a padre y madre? ¿No deducimos que, en la medida que amemos más al Señor, le corresponderemos más a ese amor si amamos más a nuestros padre. Y también a nuestros hijos, hermanos y familia en general. Y, la cima y máxima expresión de nuestro amor al Señor se fundamenta en el amor, no sólo a los nuestros, sino a nuestros enemigos.

Y si quieres responder y poner a Jesús en el centro de tu vida, tendrás que, simultáneamente, esforzarte en amar a todos los hombres. Sean del color y creencia que sea, e, incluso, tus enemigos. Porque, así te ama Dios y así quiere que tú también le ames. Y, como nos experimentamos pequeños, limitados, imperfecto, pobres y pecadores para poder amar con esa capacidad, te suplicamos, Señor, que nos des tu Gracia y nos fortalezcas en sabiduría y voluntad para poder amar de esa forma en la que Tú nos amas.

Esa es nuestra petición de hoy. No pedimos tesoros ni bienestar. Aceptamos la cruz que nos toca llevar. Cada cual sabe la que tiene, y no envidies la del otro por parecerte más suave, porque es la tuya la que Dios quiere que lleves y soportes.Eso sí, te pedimos fuerza, paciencia, luz y perseverancia para, aun no entendiéndola, soportarla y cargarla sobre mis débiles hombros. 

Y esperar confiado que tu Palabra se cumpla como siempre ha sucedido. Porque, Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna y has vencido a la muerte. Amén.

domingo, 16 de julio de 2017

REGANDO TU VIDA

Cuando cae agua nace la posibilidad de que la tierra dé frutos. Sin agua esa posibilidad es nula, pero con agua crece muchos enteros. No es seguro del todo, porque hay lugares que, a pesar de la lluvia, la tierra no germina ni da frutos. Hay una condición, que sea tierra buena.

Porque, teniendo agua en abundancia, tu tierra puede ser estéril y no dar frutos. Porque, puedes oír la Palabra, pero no entenderla ni esforzarte en hacerlo, y, pronto, el Maligno, te alejará y dejará estéril ante la Palabra. Son los pajarillos que se comen tus semillas. Puedes tener oportunidad de escuchar la Palabra, pero llenar tu corazón de cosas mundanas y no hacer lugar para las cosas de Dios. Y puedes conocer la Palabra y hasta estar dispuesto a vivirla y entusiasmarte con ella, pero la seducción del mundo y las riquezas terminaran por alejarte y desistir.

Son muchas las tentaciones y los peligros que pueden alejarnos de la Palabra y del camino que conduce al Señor. Y, sobre todo, a dar frutos que testimonien nuestro amor y nuestra fe. Por eso, Señor, te pedimos que nos riegues nuestras vidas con tu Gracia y nos mantengas siempre en el camino. Te pedimos, Señor, que abras nuestros corazones y dejemos que tu Palabra los fecunde y los haga fructificar y dar frutos. Te pedimos, Señor, que conviertas nuestro corazón en tierra buena, fértilmente abonada, para que sea frondosa y fértil a dar hermosos y buenos frutos.

Riega, Señor, nuestras vidas y conviértela en jardines que den hermosas flores, llenas de colorido que irradien paz y serenidad. En fructíferos árboles que desprendan hermosos frutos que alimenten el amor y la fraternidad entre los hombres y favorezcan la justicia y la paz. Y en tierra que persevere, que se mantenga abonada y abierta a la lluvia de la Gracia que, con y por los Sacramentos de tu santa Iglesia, nos sostengan siempre fuertes y decididos a seguir sembrando la tierra de nuestra vida con buenos frutos. Amén.