Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 5 de septiembre de 2017

TAMBIÉN YO NECESITO ESCUCHARTE, SEÑOR

También yo necesito que me limpies, Señor, de espíritus inmundos. El demonio no descansa y está en cada momento tratando de seducirnos y alejarnos de Ti, Señor. Tiene mucho poder y el mundo es su reino. En él tiene muchas posibilidades de seducirnos. Nuestra naturaleza es débil y está sometida a las cosas del mundo. Necesitamos el mundo para vivir, y nuestra humanidad tocada por las cosas materiales, es facilmente seducida por las cosas de este mundo.

Nos volvemos ciegos y perdemos el norte ante las tentaciones sensuales que el mundo nos presenta. El mundo nos traga y sólo nos quedas Tú, Señor, para liberarnos de esta esclavitud. Por eso, te pido Señor que me liberes de los espíritu inmundo que acecha mi alma para someterla y apartarme de Ti. Las tentaciones se producen a cada instante, y mi cuerpo débil está a punto de sucumbir en cualquier oportunidad.

Dame la fortaleza y la fe de sostenerme en tu Palabra, escuchándote y permaneciendo en Ti. Dame la Voluntad de no ceder a las seducciones del Maligno y de, en tu Espíritu, perseverar y hacerme fuerte aceptando mi debilidad con misericordia y esperanza. Porque, muchas veces, Señor, la desesperanza y la actitud de no perdonarnos nos lleva a perdernos y a perder la confianza en Ti.

Danos la humildad de sabernos reconocer débiles y pecadores, y ponernos, con paciencia y confianza, en tus Manos, sabiendo que Tu, Señor, nos conoces y nos perdona, y nos limpia de todos los espíritu inmundos que nos acechan y nos quieren destruir. 

Por eso, Señor, confiados en tu Palabra y en tus enseñanzas, queremos estar siempre a tu lado para beber de tu Palabra y aprender de tus buenas obras, que nos salvan y nos dan la Vida Eterna. Amén.

lunes, 4 de septiembre de 2017

LIBÉRAME, SEÑOR, DE MI HUMANIDAD

No puedo escapar a mis criterios humanos. Diríamos que estamos con los ojos y pensamientos vueltos para este mundo caduco y limitado, y no alcanzamos a levantar la cabeza y entender tus pensamientos, Señor. ¡Sálvanos de tanto razonamientos limitado y caduco! Estamos encorsetados y atrincherados en esta forma de pensar humana, y no entendemos tus pensamientos, Señor.

Te pedimos que nos liberes y nos saque de este pozo ciego y oscuro. Que nos dejes ver la luz que ilumina tu pensamiento de salvación y nos libera de la esclavitud de nuestra ceguera limitada y caduca. Danos, Señor, la Luz a nuestros pensamientos e ilumina nuestros torpes pasos para no caer en la trampa que nos pone este caduco mundo. Líbranos del peligro de nuestros pensamientos, que se fijan en las apariencias y razona atendiendo a los criterios de este mundo.

No dejes, Señor, que nos atrape nuestra pobre razón humana, que pasa todo por nuestro sentido común, y no entiende tus criterios y pensamientos que están por encima de la justicia humana y el razonamiento de la lógica del hombre. Pedro, el apóstol en el que has confiado tu Iglesia ha caído repetidas veces en este pecado, y nosotros caemos a menudo. No te entendemos, Señor, y no creemos en Ti.

Además, te conocemos. Sabemos que eres el hijo de José, el humilde carpintero. ¿Cómo nos vas a hablar de la salvación, del Mesías y del Reino de Dios? Razón tienes, Señor, cuando nos dices que nadie es profeta en su tierra. Y Tú lo has sufrido. También nosotros actuamos de esta forma y te increpamos como ayer Pedro y ahora cuando nos dices que eres el Mesías, el Hijo de Dios Vivo. Quizás no lo hacemos de forma abierta y directa, pero con nuestras obras y nuestros testimonios dejamos entrever que nuestra fe es bien poca.

Y eso te pedimos, Señor. Aumenta nuestra fe y danos la luz para saber discernir lo bueno, lo perfecto, lo que te agrada siempre según tu Voluntad. Para no rechazarte ni para desconfiar de Ti, Señor. Abre nuestros corazones para que nuestros pobres y limitados pensamientos coincidan con los tuyos, Señor. Amén.

domingo, 3 de septiembre de 2017

¡SEÑOR, AYÚDAME A OBEDECERTE!

María es modelo de obediencia, y debe, su testimonio, servirnos para también nosotros obedecer. Ella guardaba silenciosamente muchas cosas en su corazón. Cosas que quizás no llegaba a entender, pero que no rechazaba, sino que las tenías presente obedeciendo humildemente. ¿Obedecemos también nosotros cuando no entendemos al Señor? 

Hoy vemos que Pedro cayó en el mismo pecado. Se atrevió a increpara a Señor. Conocemos la respuesta de Jesús, y la misma respuesta debemos escuchar cuando nosotros también le increpamos y tratamos de que se hagan nuestros proyectos en lugar de los que el Señor nos propone. Nuestra camino es un camino de cruz, y no tratemos de esquivarlo y tomar atajos que puedan privarnos de ese encuentro con nuestra propia cruz. Porque, ganar la Vida Eterna exige perder esta, la de este mundo caduco.

Claro, eso nos va a costar esfuerzos y sacrificios. Se hace duro el camino y la puerta se estrecha, pero eso ya nos lo ha dicho Jesús. Creamos en su Palabra como hizo su Madre, y dejemos que Él nos indique el Camino, la Verdad y la Vida. Porque, Él sabe. Es el Salvador que nos dará la Vida Eterna.

Pidamos con todas nuestras fuerzas esa Gracia y, sin perder las esperanzas, creamos que nos la concederá. Porque es Él quien quiere, más que nosotros, salvarnos. Y sabe lo que nos conviene y lo que es bueno para nosotros, a fin de no caer en la trampa del hedonismo, de la comodidad, de la holgazanería y muchas cosas más que nos conducen a vivir en el egoísmo y el placer olvidándonos de los demás.

Escuchemos el plan de Dios para cada uno de nosotros y tengamos confianza y paciencia. Él no nos envía nada superior a los talentos y cualidades que hemos recibido. Si fuera así, también nos lo haría saber. Él quiere que demos todo, y lo que nos envía exige toda nuestra fuerza. Confiemos en su Palabra y en su Poder Misericordioso. Amén.