Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 3 de octubre de 2017

SIN MAS DILACIÓN, PIDAMOS LUZ

No perdamos más tiempo y pidamos luz al Señor para que nos alumbre el camino a seguir. No es cuestión de protestarle, porque no sabemos lo que decimos. Nuestros pensamientos están muy lejos de los de Él, pero, no sólo se trata de eso, sino de que no entendemos nada.

Nosotros pensamos en un mundo de luchas, de enfrentamientos, de vencedores y vencidos, y de responder con el poder a todos aquellos que piensan distinto o se interponen en nuestro camino. Y la sorpresa es ver la forma con la que responde Jesús. Nos quedamos perplejos y sorprendidos. No entendemos lo que nos dice Jesús. ¿Cómo es que no respondemos a ese rechazo de no acogernos? Estamos muy lejos de Él a pesar de estar tan cerca físicamente.

Y hoy seguimos todavía igual. Queremos sacarle productividad a todo y encontrar respuesta para todo. No entendemos el Amor de Dios, ni lo entenderemos nunca hasta que Él nos lo quiera revelar. Eso es lo que te pedimos hoy, Señor. Descúbrenos tu Amor y háznoslos comprender, para también amar nosotros. Porque todo viene de Ti, Señor, y sólo Tú nos lo puedes dar. 

Sin más dilación, Señor, te pedimos la capacidad de amar. No sabemos cómo, pero confiamos en Ti. Contigo nos atrevemos a vivir en el amor y a superar todas las dificultades y tentaciones. Nos atrevemos a acompañarte a Jerusalén y permanecer a tu lado. Danos, Señor, esa fortaleza y valentía para perseverar y agarrarnos a Ti para no desfallecer.

Por eso, Señor, insistimos sin desmayo suplicándote que nos ilumines y nos des la sabiduría, no la de este mundo, sino la que  nos sostiene siempre a tu lado. Amén.

lunes, 2 de octubre de 2017

SERVIR O SER SERVIDO

El afán de ser el primero es con la finalidad de ser servido. Claro, quieres ser el mejor, el más fuerte, el primero en los honores y el centro de todos. Quieres que todos te aprecien, te consideren y te sirvan. Porque, de no ser así, por qué querer ser el primero. Una vez más descubrimos que los criterios de Dios no son los nuestros. Estamos en las antípodas con respecto al pensamiento de Dios.

Jesús, el Hijo de Dios, no vino a ser servido, sino a servir. Inició su camino muy humildemente y no destacó por su poder, ni riqueza, ni honores ni reconocimientos. Todo lo contrario, destacó por servicio y amor. Vino a eso, a liberar a los hombres de sus esclavitudes, de esos hilos que los atan y de los que dependen peligrosamente y les someten a los intereses del mal.

Por eso, Jesús, nos habla de ser humildes, es decir, pequeños y considerarse menos que los demás. Porque, todo lo que tenemos, que nos descubre nuestra superioridad sobre los demás, nos ha sido regalado. Por lo tanto, no tenemos por qué creernos superiores, sino todo lo contrario, servidores. Porque, si nos ha sido dado, ha sido para servirles. Esa debe ser nuestra misión. Cuanto más has recibido, más y mejor debe ser tu servicio.

La humildad es la virtud más grande, porque por ella empieza nuestra salvación, ya que sin la humildad no podremos abajarnos y situarnos en el último lugar. Está claro, Señor, esa es nuestra petición de hoy, dos de octubre. Danos la capacidad y la sabiduría de ser humildes. Humildes para poder servir y ser capaces de ponernos en los últimos lugares y hacernos pequeños. Porque, sólo el pequeño está en disponibilidad de ser obediente y servir.

María, tu Madre, Señor, es un ejemplo de obediencia y fidelidad, pero antes se hizo tu esclava, siendo humilde y aceptando tu Voluntad.  Unidos a ella le pedimos su intersección para que nuestro corazón sea cada día más humilde. Amén.

domingo, 1 de octubre de 2017

TAMBIÉN YO TE HE ENGAÑADO MUCHAS VECES, SEÑOR

Me indentifíco con uno de esos hijos, Señor. Muchas veces te he engañado y no he obedecido tus mandatos. Quizás haya sentido pereza en algunos casos;  en otros no me he sentido con ganas ni deseos de realizarlos, y algunos los he hecho con más desganas que ganas. He de decir también que muchos los he hecho con buena intención y con gran deseo de hacerlos.

Sin embargo, tanto unos como otros, los hago porque sé que Tú no mandas nada malo, y que el hacerlo será siempre bueno para mi salvación. Claro que me cuesta, pero, ¿qué no cuesta en esta vida? ¿Acaso los estudios, el trabajo, la formación, no cuesta? Sabemos que detrás del bienestar y de lo bueno se esconde el trabajo, el esfuerzo y sacrificio. Será bueno reconocer que todo lo que Tú nos mandas, Señor, son cosas buenas para nosotros. Porque, Tú nos quieres y estás interesado más que nadie en salvarnos.

Por eso, Señor, te pedimos que infundas en nuestros corazones una fuerza de voluntad que nos ayude a vencernos y a cumplir con tus mandatos. Incluso cuando no lo veamos, no lo entendamos o nos cueste vencer nuestra pereza y nuestros apegos. Danos esa sabiduría de saber elegir lo bueno de lo malo, y de que, aunque nos seduzca otras cosas de este mundo, sepamos obedecerte y responder a tu Palabra y Mandato.

También te pido, Señor, que si te respondo precipitadamente de forma negativa, me des la paciencia y la sabiduría de darme cuenta y de experimentar ese dolor de arrepentimiento para reconocer mi equivocación. Y la fuerza de poder levantarme y vencer toda mi pereza, soberbia y vanidad, para, apoyado en tu Gracia obedecer y volver a tus mandatos.

Confiado, Señor, en esa petición y lleno de esperanza en tu Palabra, me abandono en tus brazos, Señor, y trata de perseverar y permanecer siempre a tu lado. Aun en los momentos más débiles y difíciles de mi vida, porque sólo siendo fiel a tu Palabra la vida tiene verdadero sentido.