Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 3 de junio de 2018

UNIDOS EN TORNO A TI

Resultado de imagen de Mc 14,12-16.22-26
No nos cabe ninguna duda que gracias a esa última Cena, Señor, permanecemos unidos y reunidos en torno a Ti. Tú nos has señalado el camino de permanecer junto a Ti. Entre muchas razones, una muy importante. Tú eres lo verdaderamente y único importante. Tú eres el alimento, la fuerza, la razón de nuestra unidad y de nuestra fe. ¿Cómo mejor que estar unidos en torno a tu mesa, Señor? No hay otra forma y Tú lo sabías y así lo dispusiste.

Y hoy, Señor, queremos levantar nuestra voz para decirte que queremos permanecer reunidos contigo cada día o semana junto a Ti. Sí, en torno a tu mesa, esa mesa que Tú presides y que te nos das bajo las especies de pan y vino. Esa Cena que, por el poder del Espíritu Santo te conviertes en el alimento que necesitamos para seguir el camino que Tú nos trazaste y nos has enseñado.

Sólo podemos decirte gracias, Señor. Muchas gracias porque, a través del sacramento del orden,  los sacerdotes representándote en la celebración Eucarística, celebran esa Cena que Tú has dejado como instituida exhortándonos a que lo hagamos en memoria tuya y como alimento para nuestra alma. Gracias, Señor, porque en ese alimento te has quedado con nosotros y nos acompaña en la lucha de cada día contra los poderes del mal. Mil gracias, Señor.

No hay mayor privilegio que el poder tenerte entre nosotros y en poder escuchar tu Palabra y recibirte como alimento para continuar avanzando hacia Ti. La Eucaristía es el Misterio y Milagro que nos has dejado para fortalecer nuestra unidad y nuestro vínculo de amor y paz entre todos en nosotros. En torno a Ti, Señor, nos reconocemos hermanos y nos prometemos auxilio, ayuda, paz y amor. Tú nos muestra el camino en cada Eucaristía y nos aúna y fortaleces para, a pesar de nuestros errores y pecados, poder perdonarnos y permanecer unidos. Gracias Señor por tanto amor. Aumenta nuestra fe y sostennos firmes y unidos en torno a tu mesa. Amén

sábado, 2 de junio de 2018

UN DIOS INCONMENSURABLE Y TRINO

Resultado de imagen de Mc 11,27-33
Después de mucho tiempo y camino descubro, Señor, que eres tan inmenso que nunca podré entenderte. Mi asombro y descubrimiento es el haberme dado cuenta de que por eso eres realmente mi Dios. Un Dios único, inaccesible, insondable, misterio, inefable, inalcanzable e incomprensible. Eres eterna plenitud de gozo y alegría, y es que no podías, ni tampoco imaginarme, que fueras de otra forma.

¿Cómo puede valerme un Dios limitado, al que, mi también limitada y pobre persona, puede alcanzar y llegar a comprender? No sería un Dios grande, ni poderoso, ni tampoco absoluto. Sería un dios reconocible y hasta razonable que supone la existencia de otros dioses. Tú, Señor eres único y omnipotente. Un Dios creador y dueño de todo lo visible e invisible. 

Un Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios amor que crea al hombre, tu criatura, a tu imagen y semejanza, y que, habiendo pecado contra Ti, te abajas, te encarnas en naturaleza humana y, haciéndote Hombre como tu criatura, entregas tu Vida para darle al hombre la oportunidad de que pueda compartir la suya contigo. Un Dios todo amor y misericordia.

Dios mío, no hay un acto de amor más grande que el que Tú, mi Dios, haces por el hombre. Entregas a tu Hijo para, por sus méritos, perdonar mis pecados. No se puede expresar más amor ni dar más. También, yo, Señor quiero darme en amor y, para ello, necesito de Ti. Soy pobre y limitado, sin embargo, esa pobreza me salva y me llena de dicha, porque, precisamente, Tú lo has dicho, "vienes a salvar a los pobres". 

Sí, Padre, quiero ser pobre como tu Hijo Jesús, que no tenía donde reclinar su cabeza, y abandonarme en él para permitirle al Espíritu Santo que me asista, que me auxilie, que me transforme, me guíe y me conduzca al Padre. Gracias, Señor, en tus Manos me abandono. Amén.

viernes, 1 de junio de 2018

¿CÓMO HIGUERA SECA?

Imagen relacionada
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Es posible que seamos como higuera seca y que no busquemos a Dios sino cuando no nos queda más remedio. En la enfermedad es muy frecuente entre los cristianos, regamos la planta cuando nos parece y, encima, queremos que dé frutos. No sólo sucede ahora, sino que sucedió también mucho en tiempo de Jesús. Recuerdo el pasaje de los diez leprosos -Lc 17, 11-19- de los cuales sólo uno regresó a dar gracias y, precisamente, fue el extranjero.

¿No nos ocurre lo mismo ahora? Posiblemente, nuestra particular higuera se quede seca y sin frutos porque nuestra fe también está muerta y seca. Porque, para orar necesitamos la fe y la sabiduría de saber que todo lo que pidamos nos será concedido. Todo lo que pidamos en aras de nuestra salvación y para nuestro bien. Supongo que eso, es de sentido común, será bien entendido. Nos ocurre en nuestras propias familias, pues no damos a nuestros familiares nada que entendemos que les pueda perjudicar.

Pidamos al Señor que nos llene de sabiduría y de paciencia. Y de entender la dicha de ser pobre de espíritu. Porque, pobre es aquel que se siente necesitado de Dios y, sus más o menos riquezas, las pospones ante la necesidad y la Voluntad de Dios. Pobre no fue aquel joven rico -Mt 19, 16-30- que hemos visto hace unos días, pues priorizó sus riquezas ante el seguimiento al Señor. No se trata de tener o no tener, sino de experimentar la necesidad del Señor.

Ser rico significa aquel que no experimenta ni siente necesidad de Dios; aquel que cree y piensa que con sus riquezas le basta; aquel que se siente capaz y fuerte para dirigir su propia vida y que no necesita nada de Dios...etc. Por todo eso, yo pido al Señor ser pobre, pobre para no saber andar por la vida sin contar contigo, Señor. Pobre, para estar pendiente de Ti y descansar y poner todos mis afanes en tus Manos. Pobre, para buscarte, escucharte, reflexionar sobre lo que tu Palabra me dice cada día y abandonarme en Manos del Espíritu Santo para que mi pobre corazón no se seque y dé frutos de los cuales otros puedan alimentarse y llegar a Ti. Gracias Señor. Amén.