Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 16 de septiembre de 2018

LA CRUZ, GLORIA O DOLOR

Imagen relacionada
A la hora de hablar de Jesús se observa gran entusiasmo por los que reciben el anuncio. Todos buscamos la esperanza de una vida mejor y, ¡qué alegría y esperanza la Resurrección! Sin embargo, cuando aparece la cruz el entusiasmo empieza a desvanecerse. La primera impresión y deseo simultaneo es encontrar quien te solucione tus problemas. Esos problemas de difícil solución y que tú ni nadie puede solucionar. Esos problemas que te dan inseguridad y que te llenan de miedo y temor. Jesús es la solución.

La cruz lo para todo y te hace experimentar tomar el camino de regreso como aquellos discípulos de Emaús. ¿Cómo puede padecer Jesús hasta morir en la Cruz? No lo entendemos porque pensamos en un Dios todopoderoso que nos salva y nos soluciona todos nuestros problemas y dificultades. Así también lo habían entendido sus discípulos. Sin embargo, es el dolor y el miedo lo que nos hace responder con humildad y obediencia. Es en esos momentos cuando realmente nos acordamos de Dios.

Y no podemos perder de vista que nuestro camino y destino es un destino, valga la redundancia, de Cruz. Igual que el Señor nosotros también debemos y tenemos que cargar, si queremos seguirle, con nuestra cruz de cada día. Una cruz de dolor, de solidaridad, de sufrimiento con los que sufren, de llorar con los que lloran, de constante oración y de aceptar la Voluntad de Dios. Un camino que terminará con compartir nuestra muerte en y con el Señor.

Y sabemos y conocemos nuestra pequeñez y nuestra pobreza. Necesitamos la asistencia del Espíritu Santo. Ese Espíritu Santo que ya recibimos en nuestro Bautizo y que asistió a Pedro para iluminarle y confesar que Jesús es el Mesías enviado por el Padre. Por eso, Señor, te pedimos paz, sabiduría y fortaleza para saber confesarte claramente en cada instante de nuestra vida sabiendo que realmente Tú eres el Hijo de Dios Vivo. Amén.

sábado, 15 de septiembre de 2018

VIRGEN DEL DOLOR

Resultado de imagen de Virgen del dolor



Himno (laudes del día)

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y, ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
 
a su eterna gloria. Amén.


viernes, 14 de septiembre de 2018

TODO DOLOR EN JESÚS TIENE SENTIDO

Imagen relacionada
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Jesús ha dado sentido al dolor y sufrimiento. Sin Él nada tendría sentido. ¿Para qué sufrir dolores y sacrificios? Eso no tendría ningún sentido. Sería tomado como una maldición y un fracaso. Sin embargo, su padecimiento y muerte en la Cruz cambia el sentido de todo. ¿Por qué?, porque a través del dolor, del sufrimiento y de tu crucifixión compartes con el Señor su muerte y te completas con Él, aportando tu vida, su sacrificio redentor.

Luego, tu vida toma sentido con la Muerte de nuestro Señor Jesús. En la Cruz queda elevada a redención y uniéndola a su Muerte también tú salvas, por los méritos de nuestro Señor, tu vida. Ahora todo tiene sentido, las etapas de rosas y las de ampollas y dolor. La Cruz es signo de Salvación tras la Muerte de nuestro Señor Jesucristo. ¡Alabado y glorificado sea!

Desde ese momento tu vida cobra significado y todas tus preocupaciones, sacrificios, ayunos y dolores por hacer un mundo mejor, por construir un mundo de justicia, amor y paz tienen todo el sentido pleno que llena tu vida. En Él cargamos también nuestra cruz con paciencia, con esperanza, con fortaleza y alegría. En Él encontramos sentido a todas nuestras renuncias, sacrificios, dolores, incomprensiones, oscuridades, torturas, insultos y contrariedades recibidas incluso por nuestros enemigos. En Él descubrimos que somos capaces de soportar hasta la cruz de los enemigos.

Por eso, Señor, te pedimos que nos ayude a mirarte y así como aquellos que al mirar la serpiente levantada por Moisés en el desierto quedaban curados, también nosotros, al mirarte, quedemos limpios y fortalecidos ante todo aquellos que nos impide seguir tus pasos y aceptar nuestra cruz. Amén.