Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 30 de septiembre de 2018

CUIDADO CON CERRARTE EN TU COMUNIDAD

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La comunidad es un espacio estupendo donde puedes encontrar la posibilidad de amar. Un amor que, en muchas ocasiones, te exige soportar, ser paciente, darte, servir, entregarte, ofrecer tus cualidades y talentos y muchas cosas más. Eso no es fácil sino todo lo contrario. Se hace duro y difícil y, muchas veces, casi insoportable. Pero, no cabe ninguna que es un camino donde tiene la posibilidad de convertirte en verdadero amor para los demás.

Pero, hay otros espacios - también comunidades en cierta medida - que te exigen eso, renunciar a ti mismo y darte al otro. La familia, por ejemplo, comunidad domestica y donde se cuece todo el amor que, más adelante, podrás derramar en los demás. Pero, también, tus propias circunstancias, donde la providencia te ha situado. El trabajo, el ambiente, tu entorno, la parroquia y los caminos por donde el Espíritu Santo te conduce y saca lo mejor de ti mismo.

Por tanto, dejemos actuar al Espíritu Santo y no interrumpamos su labor. Dejemos que los demás actúen, y si lo hacen en nombre del Señor, mejor que mejor. No somos nosotros los mejores y no forcemos a nadie. Es verdad que hay que animar, pero el mejor ánimo es vivir y dar con tu vida y obra tu testimonio. Los demás, voluntariamente, se contagiaran.

Pero, siempre recuerda que el que verdaderamente debe contagiar es el Señor. Él es el Camino, la Verdad y la Vida y a Él es al que debemos seguir y en su Nombre actuar. Dejemos que el Espíritu Santo guíe con su poder el camino de cada uno y le conduzca siempre a actuar en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

sábado, 29 de septiembre de 2018

DESCÚBRENOS, SEÑOR, TU ROSTRO


A veces me pregunto que diferencia hay entre los que creen y los que no creen. ¿Por qué ocurre eso? Y la respuesta no puede ser otra que el regalo de la fe. Pero, ¿qué ocurre entonces, a unos se les da y a otros no? Eso, mejor preguntárselo al Señor como le sucedió a los trabajadores de la Viña -Mt 20, 1-18-.
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Lo que sí puedo decir es que la fe hay que buscarla y acudir a la Fuente que la da, que es el Señor. Y, sobre todo, buscarla y pedirla. La fe exige inquietud de búsqueda y disponibilidad para abrirte a ella. La fe exige dar ese paso que necesitamos y ponernos dócilmente en Manos del Señor en actitud humilde y dispuestos a cumplir su Voluntad. 

Es, tal y como hizo Natanael, rendirnos a la evidencia de su Gloria y Poder, pero, sobre todo, a su Amor y Misericordia. Entonces se nos irá abriendo la mente y veremos, como el Señor nos ha prometido, cosas mayores. Pidamos esa Gracia al Señor con confianza, persistencia y constancia, llenos de paciencia y de perseverancia. No dejemos nunca de buscarle sabiendo que Él nos invita a pedir, a llamar, a tocar con insistencia - Mt 7, 7-8 -.

Permanezcamos en su silencio, porque el Señor siempre permanece en silencio junto a nosotros esperando nuestra elección y respuesta. No se interpone en nuestro discernimiento ni nos impide nuestra elección. Nos deja libre y, en silencio, espera y desea que sepamos escoger el buen camino. Pidámosle sabiduría, fortaleza y mucha paz para poder discernir a la luz del Espíritu Santo y encontrarle para, humildemente, abrirnos a ese don de la fe que nos regala. Amén.

viernes, 28 de septiembre de 2018

UNA RESPUESTA DIFÍCIL

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


No es fácil responderle a Jesús. Y digo que no es fácil porque la respuesta conlleva compromiso y seriedad, pues lo otro sería mentira o apariencia. Jesús fue y sigue siendo perseguido, y también lo serán todos aquellos que le sigan. Por lo tanto, decir que Jesús es el Señor, el Hijo de Dios, va a suponer dos cosas: a) qué tú estás dispuesto a seguirle; b) que sufrirás lo mismo que Él.

Porque, confesar que es el Hijo de Dios y quedarte al margen es de idiota. O crees o no crees, y si dices que crees debes ser consecuente y no tibio, porque quedarás en medio y, porque no eres ni caliente ni frío serás vomitado - Ap 3, 16 -.

Otra cosa será las dificultades que encontrarás en ese sincero esfuerzo por seguirle y los sufrimientos que te vendrán encima. Claro, no somos lo bastante fuertes para soportarlos y necesitamos la Gracia y la fortaleza del Espíritu Santo para soportarlos y superarlos. El camino que Él recorrió es un camino de Cruz, y ese es el mismo camino que se nos presenta a nosotros. No parece agradable ni apetecible escogerlo y cuesta responder y decidirte. 

Y, más todavía, hacerlo camino y vida. Pero, la fe nos hace fuerte y nos da vida. Muchos que le han respondido y seguido, y que nos han precedido han pasado por este calvario y lo han superado en el Señor. Él no nos abandona y nos da la fortaleza para seguir adelante y superar las dificultades que se nos van presentando en nuestro camino. El Espíritu Santo nos hace fuertes y nos provee de todo lo que necesitamos para responder y sostenernos en la fe. Sí, será difícil, pero la esperanza de la Resurrección y la Vida Eterna en plenitud nos sostiene firmes. Pidamos con fe esa Gracia. Amén.