Gracias Señor por todos los bienes recibidos. Si miro detenidamente mi vida, sólo percibo bienes y regalos que no merezco. El Amor y la Misericordia de Dios han sido grandemente generosos conmigo. Por eso, Señor, repito desde lo más profundo de mi corazón: "Gracias Señor".
Gracias por los padres que elegiste para mí. Gracias por esos padres que me educaron y que, sin ser practicantes y religiosos, no impidieron, al revés, que yo me acercara a Ti.
Gracias por darme las fuerzas para formarme y conocerte. No sé mucho, pero me basta saber que Tú, Señor Jesús, eres el Hijo de Dios Vivo. Y eso no lo sé por mis conocimientos, sino por tu Gracia. Gracias Señor por tu protección antes las enfermedades en el recorrido de mi vida. No han sido graves, salvo la última, muerte súbita. Una arritmia que me dejó muerto aproximadamente veinte minutos. Recuerdo que estaba en apuros económicos y llevaba una vida desordenada y alejada de Ti.
Bueno, no tanto, porque Tú nunca te has ido de mi vida. Fui yo quien se alejó demasiado y te di la espalda. ¡Señor, no permitas que tu Rostro se aleje de mí! Estaba en apuros, decía, y me acordé de Ti. No podía acordarme de otro, porque sólo Tú puedes salvarme. Y me tumbaste para levantarme de nuevo. Fue como un sueño, y de nuevo volví a la vida. Me pusiste en el camino, pero, ¡qué camino! Estaba lleno de espinos, peligros, trampas...etc. Más mi mayor sorpresa y alegría fue experimentar que Tú seguías ahí. ¡No te habías ido! Y seguías mi misma ruta.
Así me atreví a seguir yo también. ¡Qué buena compañías eres Señor! Gracias porque, unos años más tarde, me distes la oportunidad de escribir en un blog. ¡Qué maravilla! ¡Siempre había deseado eso, hablar de Ti al mundo, y ahora lo podía conseguir! Gracias Dios mío, pero todavía quedaba más: "Los Blogueros con el Papa". Un grupo de creyentes hermanados en la fe en Ti, que caminamos juntos fortaleciéndonos, apoyándonos y reconciliándonos en tu Amor.
Pero por encima de todo Señor, gracias por ese hermoso regalo que es el Espíritu Santo. Él, experimento, ha guiado mis pasos; alumbra mi camino y abre mi corazón a la reconciliación con todos mis hermanos.
2 comentarios:
Muchas gracias Salvador por esta reflexión, es nunca bstante el agradecer al Señor todo el bien que nos da. Siempre a la espera y fiel al amor que un día nos dió.
Gracias Salvador por esta reflexión. Es verdad agradecer al Señor es siempre "nunca bastante", Él fiel al amor que un día nos juro desde una muerte y muerte de Cruz.
Publicar un comentario