Páginas

Páginas

miércoles, 2 de mayo de 2012

CADA INSTANTE UNA ORACIÓN

 Gracias por cada instante en que respiro. Gracias por...

Sí, porque vivir la vida de la Gracia es mantenerse constantemente en la presencia, asistido por el Espíritu, de Jesús. Presencia que se presencializa en la Eucaristía cada día bajo las forma de pan y vino, y se transforma en verdadero alimento espiritual que nos sostiene y alumbra nuestro peregrinar.

Cada momento vivido es una oración experimentada y sentida. Porque tu vivir se hace oración cuando visitas, realizas una  buena obra, escuchas, tratas de servir, de acompañar, de animar, de compartir y de acercarte a cada uno de tus hermanos. Porque en ellos se encuentra Jesús de muchas formas: alegre, triste, sufrido, herido, cansado, sediento, hambriento, necesitado, perdido, enfermo, esclavizado, dependiente, encadenado...

Todo se hace oración, porque la vida es oración, y la oración se hace vida. Aprender a orar es aprender a vivir en Xto. Jesús. Y cada instante que se vive en Él, se hace oración. Y lo que vivimos y hacemos en Él, es como si lo vivimos y hacemos al Padre, porque quien ve a Jesús, ve al Padre, y quien cree en Jesús, cree en el Padre.

Unidos digamos:
 Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad 
aquí en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día, danos el de hoy,
perdónanos nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación, 
más líbranos del mal. Amén.

2 comentarios:

  1. Gracias, quire decir que todo cuánto hacemos puede convertirse en oración,gracias lo que pasa es que yo muchas veces me distraigo mucho,y dejo de pensar en ÉL, y me dejo llevar por mis preocupaciones cuando también ellas pueden ser una oración verdad, bueno gracias una abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¿Crees que el Señor no sabe de tus despistes y los míos? Nuestro Padre Dios sabe, mejor que nuestros padres o familiares, de que pata cojeamos. Él sabe todo lo que anhela nuestro corazón, y nuestros mayores y profundos sentimientos.

    Sí, incluso en nuestras distracciones, en nuestros olvidos y demás, el Espíritu Santo actúa, está con nosotros, y sabe de nuestras limpias intenciones y deseos. Eso es lo que nos pide y quiere el Señor, recoger toda nuestra miseria y purificarla, solo nos pide nuestra libertad y entrega.

    Y esa intención, que en la medida que nos esforcemos y tomemos conciencia se irá haciendo habitual, espontánea, se hará oración en el fondo de nuestro corazón. Incluso sentiremos un profundo gozo como los de Emaús al experimentar como arde nuestro corazón.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

    ResponderEliminar

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.