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domingo, 30 de septiembre de 2012

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN...

 UN CORAZÓN DISPUESTO A OBEDECER - DAME SEÑOR UN NUEVO

que sea capaz de no excluir sino de incluir, porque todos somos tus hijos. Y, a pesar de muchos no saberlo o ignorarlo por estar imbuidos de otras ideas, están cerca de Ti porque viven y predican el amor. Nadie que es capaz de amar puede negarte.

Enséñanos, Señor, a mirar con ojos universales a todos tus hijos y a saber comprender y apreciar la bondad de cada uno. No permitas que nos consideremos mejores porque no lo somos, y danos la paciencia y sabiduría de considerar que el amor es incluyente y no excluyente.

Por eso, Señor, fortalece mi voluntad para saber buscarte, para descubrir que Tú eres la meta y el sentido de mi vida, y que nada puede llenarme de inmenso gozo como vivir y permanecer en cada momento de mi vida en tu presencia. Porque mi felicidad dependerá de estar en Ti y en vivir en tu presencia.

Y ayúdame a saber e ir desprendiéndome todo aquello que me condiciona, que me esclaviza, que me impide amar y ponerme al servicio de los demás. Yo sólo no podría. Necesito de Ti, de tu Gracia. Por eso, Señor, te invoco y te suplico que me conviertas mi corazón de piedra. Amén.

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