El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, ...
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Porque solo eso es lo verdaderamente importante en mi vida. Quiero vivir en la verdad, la verdad de un Reino de justicia, amor y paz, y eso pasa por caminar a tu lado e injertado en Ti abandonado en las Manos del Espíritu Santo.
Creer en Ti, Señor, es caminar haciendo de mi vida verdad, y eso supone desechar la mentira. Mentira que nace en lo más hondo de mi egoísmo, de mi soberbia, de mis pasiones posesivas y egoístas. Y mentira que me exige una lucha constante de lo que quiero y no hago, contra lo que hago y no debo hacer.
Sé que solo no puedo, pues llevado de mi soberbia y prepotencia lo he intentado, y he experimentado mi pobreza, mis limitaciones, mis inclinaciones y pecados. No avanzo ni consigo crecer. Es más, me siento débil y tentado a abandonar. Necesito tu Gracia, tu fuerza y tu compañía.
Por eso, Señor, te imploro que aumentes mi fe, mi confianza y mi seguridad de saber que Tú estás a mi lado, y que contigo todo se hace más suave y más llevadero. Tú abres camino, enciendes esperanzas e iluminas las rutas por las que debemos ir.
Y aunque todo se vuelva gris, se haga la oscuridad, mantenemos la esperanza de saber que Tú caminas con nosotros y en Ti nos sentimos seguros y confiados, pues creemos que Tú, Señor, eres nuestro Cristo Rey.
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