Páginas

Páginas

jueves, 28 de marzo de 2013

DE QUÉ ME SIRVE MI ORACIÓN SI NO ES PARA SERVIR



Puedo rezar mucho, puedo hacer muchos sacrificios, puedo celebrar muchas Eucaristías, pero si no soy capaz de servir, de nada me vale. Sólo, en el atardecer de mi vida, como diría San Juan de la Cruz, seré interpelado por el amor que habré dado en mi vida.

Y ese amor solo será medido en la misma medida que yo lo habré vivido. Y eso solo tiene una sola forma de medirlo: "servicio". El amor se demuestra sirviendo, pero con una condición. Mientras el servicio puede hacerse en calidad de trabajo, por dinero u otra contraprestación, este servicio que nos salva, solo se puede hacer por amor.

¿Qué significa eso? Significa que "por amor" es hacer el servicio gratuito, sin ningún interés, dado libremente, por propia voluntad, por amor y más amor, y nada más que por amor. Como Jesús lo ha dado y sigue dándolo, a pesar de nuestras ofensas, indiferencias, rechazos y mentiras. Hacerlo por otro motivo sería engañarnos.

Danos Padre esa capacidad de servir por amor sin otra intención. Dar a quienes no puedan pagarnos, a los más pobres y carentes de todo. A los enfermos y ancianos. Danos la humildad de perdonar, que es otra forma de amar, en la misma medida que Tú, Señor nuestro, nos perdona.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.