Señor Resucitado,
has ido limando y purificando
nuestro corazón de piedra,
para vaciarlo de todo lo que
nos impide amarte y siguirte,
y lo has transformado
en tu morada.
De lo profundo
de nuestros sepulcros
nos has devuelto la vida,
Vida nueva en comunión con Dios.
Haz que seamos capaces
de anunciar
la Fe y la Alegría
de tu Resurrección
a todo el mundo como brisa suave
de la Nueva Evangelización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.