Páginas

Páginas

martes, 22 de octubre de 2013

¡CÓMO PASA EL TIEMPO!



Suele ocurrir que mientras no nos paramos a reflexionar no nos damos cuenta de nada. Y en el instante que lo hacemos tomamos conciencia que la vida es un soplo. Los años pasan volando y nos parecen instantes los años que hemos vivido. Pues bien, esta reflexión-oración va encaminada a tomar conciencia que nuestra vida es un viaje en tren, y que en cada estación podemos bajarnos y no subir más.

Por eso, en presencia del Señor, le imploramos que nos dé el coraje y la prontitud de estar siempre alerta y preparado. No vale para nada caminar si no hacemos camino para llegar. Caminar a lo loco sin saber donde vamos es caminar sin sentido. Necesitamos mirarnos y orientarnos en cada instante y en cada paso de nuestra vida.

Y el camino es saber donde nos podemos bajar. O mejor, tomar conciencia y pensar que cada estación del tren de nuestra vida puede ser la estación en la que tenga que quedarme. Eso nos ayudará a estar preparados. A llevar en el viaje lo necesario para que, en la parada, no nos sorprendan y estemos atento a abrir la puerta de nuestro corazón al verdadero y único Señor de la vida y la muerte.

Señor, ayudame a descubrir cada instante de mi vida, desde que me levanto hasta que me acuesto, que Tú estás invitado a mi casa, y necesito no dormirme, estar despierto para abrirte la puerta de mi vida. Porque Tú, Señor, lo que prometes lo cumples, y eres el Camino, la Verdad y la Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.