Páginas

Páginas

sábado, 16 de noviembre de 2013

GRACIAS PORQUE ME BUSCAS



¿Qué sería de mí, Dios mío, si Tú no hubieses salido a mi encuentro? Y sólo, por mí mismo no te habría encontrado nunca. Tú, no sólo me has llamado, sino que me persigues constantemente. No te cansas de socorrerme y de advertirme el verdadero camino que debo tomar.

Me has entregado a tu Espíritu para que me acompañe y me guíe en todo momento; me asista, fortalezca y me enseñe el camino a seguir. ¿Cómo puedo desoír tu Palabra? ¿Cómo puedo ser tan necio que mi egoísmo venda mis ojos y no me deja verte?

Por eso, ahora sí, Señor mío y Dios mío, abre mis ojos y enciende mi corazón de tu Amor, para que no tengas que perseguirme, sino que sea yo quien te siga sin descanso hasta descansar en Ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.