Páginas

Páginas

jueves, 27 de marzo de 2014

EN TI ESPERO SEÑOR MI TRIUNFO



Sé que estoy apegado, atado y vencido por mi humanidad pecadora. Obviarlo sería de tonto e inmaduro. Estamos tocados por la herencia del pecado original y no escapamos a ella. Confesamos nuestra condición pecadora e imploramos misericordia.

¡Y qué alegría sabernos amados y perdonados por nuestro Padre Dios! Él nos quiere y nos perdona. Su Misericordia es Infinita y en Él estamos liberados y salvados de las garras de Satanás, príncipe del mundo. Por eso, conscientes de nuestras debilidades necesitamos estar fuertemente agarrados al Señor y para ello necesitamos su Alimento: Cuerpo y Sangre que recibimos en la Eucaristía. También la oración y penitencia que nos preparan y nos fortalecen en la lucha diaria contra el mal que ejerce el demonio.

Te pedimos Señor que fortalecidos por la acción de tu Espíritu seamos salvados de la esclavitud a la que nos quiere someter Satanás. Danos la perseverancia y la sabiduría de mantenernos unidos en Ti en la Iglesia que Tú nos has dejado a través de tus apóstoles.

Sólo Tú Señor eres el Pan de Vida que nos salva y nos protege de todos los males que el Maligno trata de contagiarnos y confundirnos. En Ti a Ti nos confiamos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.