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domingo, 23 de marzo de 2014

SEÑOR, BUSCO ESA FUENTE DE AGUA QUE BROTA PARA VIDA ETERNA



No me basta el agua de este mundo, ni tampoco los alimentos que sostienen mi cuerpo por cierto tiempo. Porque aunque son necesarios, son caducos y finitos. Sí, necesitamos alimentarnos y beber, pero esos alimentos y agua no nos dan vida eterna, y los hombres, los hijos de Dios, estamos invitados a vivir para vida eterna.

Hoy Jesús nos promete, en aquella mujer samaritana, un agua que brota en fuente para vida eterna, y esa es el agua que a mí, y supongo que a ti también, me interesa beber. Porque esa no caduca sino que mana y brota vida para vida eterna. Por eso, Señor, te pido me concedas el don de la fe y de la esperanza en tener confianza de alcanzar esa agua. Porque Tú eres el Mesía, Tú lo has dicho, que había de venir y has venido.

Hoy lo sabemos por tus apóstoles y discípulos que en la Iglesia nos han dejado tu Palabra y tu Promesa. Yo quiero decirte, como aquella mujer samaritana, a los pies del Sagrario, dónde moras en Cuerpo y Alma bajo la sustancias de pan y vino, que creo en Ti y quiero comer ese alimento que eres Tú mismo que te me das para sustento y alimento de mi vida eternamente.

Gracias Dios mí y no permitas que nada ni nadie me aleje de esa Fuente Eterna de tu Cuerpo y Sangre que permaneces para alimentarme y cuidarme por el recorrido de mi vida hasta que decidas la hora de regresar a Ti. Amén.

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