Páginas

Páginas

domingo, 20 de abril de 2014

GRACIAS SEÑOR POR TU ESPERANZA



¿Qué sería de nosotros, creyentes, si la piedra del sepulcro hubiese permanecido cerrada? ¿Dónde y qué hubiésemos hecho? ¿A dónde hubiésemos ido? ¿Cómo sería el mundo de hoy? ¿Habrían derechos humanos? ¿En quién nos apoyaríamos para proclamar el amor y la verdad? ¿Existiría la verdad?

Todas esas preguntas y muchas más nos haríamos todos aquellos que hoy gozamos y saltamos de alegría ante la experiencia de la Resurrección del Señor. Porque Él ha dado sentido, esperanza y alegría a nuestra vida. No es el mundo y menos la muerte quienes tienen la última palabra. Es el Señor Jesús, el Hijo de Dios Vivo quien ha hablado con la Resurrección y muriendo por cada uno de nosotros, los hombres, en la Cruz.

Él ha vencido a la muerte y nos promete que nosotros también la venceremos si caminamos en Él y vivimos en Él. Es el Amor que vence al desamor; es la Verdad que vence a la mentira; es la Justicia que vence a la injusticia; es la Vida que permanece en nosotros para siempre si creemos en Jesús y vivimos a su estilo.

Aumenta Señor nuestra fe y muévenos a vivir en el amor por tu Espíritu y tu Gracia. Amén.

3 comentarios:

  1. Querido Salvador, una muy Feliz Pascua de Resurrección para tí y los tuyos.
    Que el Resucitado siga acompañando y sosteniendo toda tu vida.
    Un abrazo grande
    Paz y Bien
    Ricardo

    ResponderEliminar
  2. Lo mismo deseo par ti y lo tuyos, querido Guillermo. Que el Señor nos dé la Gracia de seguir el camino de su Amor y nos llene de sus fuerzas para recorrerlo.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

    ResponderEliminar
  3. Gracias a Dios por este isntrumento , que nos da . A entender la importancia de seguirte Senor !!

    ResponderEliminar

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.