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viernes, 29 de agosto de 2014

PIEDAD DESENCARNADA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS 





Sé que una piedad desencarnada es como decirte una sarta de mentiras, y muchas veces creo que eso es lo que estoy haciendo. Me consuela, me da perseverancia y ánimo para seguirte el conocer tu Misericordia y el saber que tu perdón siempre está ofrecido y abierto a mi arrepentimiento.

Eso me da esperanza y confianza para, cada caída, levantarme e intentar seguirte a pesar de mis debilidades, mis apetencias y mi naturaleza caída, y de sospechar la posibilidad de volver a traicionarte. Entiendo que Tú ya lo sabías, Señor, y por eso nos dejaste instituido el sacramento de la Penitencia. En él podemos lavarnos y levantarnos de nuestras caídas.

Perdona, Dios mío, mis danzas frívolas, descomprometidas, irresponsables que buscan mi propio bienestar olvidando el de los demás; que buscan mis derechos excluyendo el de los otros; que buscan satisfacer mis egoísmos aun pasando por encima de los derechos de los otros.

Gracias Señor por dejarnos esa posibilidad y esa Gracia para lavarnos y volver a Ti, y encontrar y retomar fuerzas y valentía para esforzarnos en ser testigos y dar testimonio de nuestra fe, no sólo en lo que se refiere a la piedad, de puertas adentro, sino también a los efectos de esa piedad de puertas afuera.


2 comentarios:

  1. Buenos días. Estamos preparados para iniciar, dentro de unos minutos, el rezo del santo Rosario correspondiente a hoy viernes.

    De la mano de María elevamos nuestra oración al Padre por la defensa de la familia y de la vida.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

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  2. Gracias a todos los que nos han acompañados y a los que lo harán a lo largo del día.

    Que tenga un buen día en la paz del Señor.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.