Páginas

Páginas

sábado, 16 de agosto de 2014

UN CORAZÓN DE NIÑO



No se trata de que mi corazón sea pequeño y no se haya hecho grande, de persona adulta. No se trata de eso, se trata de que ese corazón, que al crecer ha sufrido las tentaciones del poder, de las riquezas, de las ambiciones, de los placeres, de las comododidades y del egoísmo, se ha endurecido y ha perdido la inocencia, la pureza y las buenas intenciones.

Y ha perdido la capacidad de amar, y quién no ama, mata, porque matar no es simplemente quitar la vida, sino que matan también aquellos que explotan, esclavizan, alinean, imponen sus criterios, coartan, quitan la libertad y excluyen de todos sus derechos y libertades. 

Por eso, Señor, consciente de que mi corazón se hace mayor y se endurece, te pido que no permitas que habite en él el odio, la venganza, la ambición y el desamor, sino que lo transformes en un corazón limpio, bien intencionado, puro y lleno de amor como corresponde a un corazón de niño. 

No permitas que el poder y las riquezas corrompa nuestro corazón y nos pervierta endureciéndolo y haciéndolo engreído, prepotente y suficiente para rechazar tu amor, Señor. No permitas que nuestro corazón crezca como un mayor soberbio y capaz de creerse suficiente, sino todo lo contrario, humilde, pequeño y necesitado de tu Amor para alcanzar la salvación.

1 comentario:

  1. Señor convierte mi corazón desgastado por un corazón lleno de tu amor y tu perdón .Transforma mi vida a tu agrado Señor,haz me como una niña para obedecerte y seguirte . Amén

    ResponderEliminar

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.