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lunes, 15 de diciembre de 2014

JUAN, SEÑOR, PROCLAMA QUE TÚ ERES EL HIJO DE DIOS



El Bautismo de Juan fue un Bautismo de agua. como preparación para el Bautismo en el Espíritu que Tú, Señor, nos invita a tomar. Un Bautismo que nos hace sacerdotes, profetas y reyes para proclamar tu Palabra en verdad y justicia. Un Bautismo que nos capacita en el Espíritu para vivir y defender la Verdad.

Señor, aumenta nuestra fe y danos la Vida de la Gracia para que no se nos paralice nuestra lengua, sino que hable en verdad y justicia dando a conocer tu Reino. Danos la fortaleza y la valentía para gritar, como Juan, que Tú eres el Hijo de Dios Vivo, y que la salvación viene por y de Ti.

No permitas, Señor, que tiemble nuestra lengua y se esconda para dejar que tu Nombre se pierda y no se conozca. No permitas, Señor, que mi vida y los acontecimientos que en ella vivo queden excluidos de tu Mirada y tu Palabra. Impregna y empapa mi vida de tu Gracia, Dios mío, para que al respirar, todo el ambiente que me rodea, quede contagiado e impregnado de tu olor y tu presencia.

 Hoy, como ayer, la Palabra de Jesús molesta e hiere a los que viven en la mentira y el pecado. Haz, Señor, que los cristianos de occidente seamos solidarios y comprometidos con los de África y orientes. Allá, ellos sufren persecuciones y amenaza de muerte, y según estadísticas muere uno cada cinco minutos. No podemos permanecer pasivos y callados. Debemos, además de rezar, denunciarlo.

Te pedimos, Señor, que tu Fuerza nos fortalezca y nos dé el valor necesario para aceptar la cruz que los hombres, ciegos y sometidos al pecado, nos imponen. Y que, como Juan, a pesar de la amenazas de muerte, no dejemos de gritar y proclamar tu Palabra.

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