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sábado, 4 de abril de 2015

DÍA DE SILENCIO Y ESPERANZA



Es un día triste, triste porque Jesús ha muerto en la Cruz. Pero también un día de gozo y de alegría porque esperamos la Resurrección del Señor. Es necesario que haya muerte para que también haya Resurrección. La muerte da tristeza, pero en Jesús es simplemente un paso hacia la alegría y felicidad eterna.

Desde ese momento, los cristianos sabemos que la muerte es simplemente un paso hacia la Vida. Una Vida nueva, gozosa y eterna. Eso supone tristeza, porque la muerte es separación y lejanía mientras caminemos por este mundo, pero, al mismo tiempo, supone alegría y gozo, porque tras la muerte está la Resurrección. Y eso supone el nacimiento a una vida nueva y plena para toda la vida.

Gracias, Señor, por la fe que nos mantiene y nos fortalece para continuar el camino, y por la esperanza de esperar la Resurrección. En ella se fundamenta nuestra fe, y encontramos el valor para superar todos los obstáculos que nos salen al paso. Gracias, Señor, por todos los estímulos e impulsos que, en y por Ti, recibimos de tu santo Espíritu, y con su asistencia nos llenamos de las fuerzas necesarias para continuar el camino.

Hoy, recordando aquellos momentos históricos, esperamos, en silencio, el momento de proclamar la hora de tu Resurrección. Y te pedimos la paz, sabiduría y fortaleza que nos dé la perseverancia para permanecer y continuar en tu Amor.

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