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domingo, 12 de abril de 2015

EL PERDÓN NECESARIO PARA SEGUIRTE, SEÑOR



Sin perdón sería imposible seguirte, Señor. Necesitamos ser perdonados para que la carga de nuestros pecados no sea un peso imposible de llevar. Somos pecadores, y Tú lo sabes muy bien, Señor, y por eso has dejado en los apóstoles el poder de perdonar los pecados. Poder que continuas en tu Iglesia, y que tus seguidores necesitamos para levantarnos y seguir la marcha.

Todos tenemos algo del hijo pródigo, y todos necesitamos esa confianza de encontrarnos un Padre que sepa perdonarnos y nos llene de besos y caricias. Sabemos también, Señor, que no merecemos nada, y menos perdón. Todo es porque eres un Padre Misericordioso y tu compromiso de Amor es tan grande que siempre nos esperas y nos perdona.

No solo, no merecemos ese perdón, sino que no lo entendemos. Nos reconocemos pobres y pecadores y eternamente agradecidos por tu Misericordia, Señor. Gracias, Dios mío, por tu Hijo Jesús, quien, entregado a una muerte de Cruz por nuestros pecados, nos ha rescatado y nos ha merecido ser dignos hijos Tuyos. Solo queremos, abandonados a tu Amor, darte las gracias y pedirte fuerza y sabiduría para seguirte.

Gracias, Señor, por tu Iglesia, porque en ella podemos encontrarte y acudir al banquete Pascual que Tú has decidido dejarnos. Gracias, Señor, por quedarte para alimentar nuestras esperanzas y fortalecernos en el amor, y convocarnos a tu derredor para, unidos, poder dar testimonio de tu Amor, amándonos.

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