Páginas

Páginas

sábado, 25 de abril de 2015

MI FE MOVERÁ MONTAÑAS



Tú, Señor, me has dicho que si tuviera fe como un grano de mostaza, movería montañas. Y yo, puesto que no las muevo, creo y pienso que mi fe no llega todavía a ser ni como un grano de mostaza. ¡Cuánto me falta, Señor! ¿Llegaré algún día a tenerla?


Hoy, como tantos otros días, aprovecho para pedirte e insistir, una vez más, que aumentes mi fe. Creo que no sabría vivir sin Ti, Señor, y que mi vida no tendría ningún sentido si Tú no estás presente en ella. ¿A dónde iría? Necesito tu Amor, Señor, como la cierva necesita beber del agua fresca. Necesito que tu Amor me conforte y me anime para sostenerme en el camino.

Tú, Señor, sostienes mi vida y la llenas de esperanza. Esperanza de Vida Eterna, que este mundo no me da y que sin Ti sería desesperanza y muerte. Gracias, Señor, por tu presencia en mi vida, y por acompañarme en cada momento de mi existencia. Gracias Señor por darme la fe que empuja y fortalece mi vida cada día y le infunde aliento y esperanza. ¿Cómo podría caminar sin tu presencia?

Acompáñame, Señor, a proclamar tu Palabra. No como yo quiero, sino como Tú lo harías. No con mis palabras, sino con las Tuyas. Ilumíname mi inteligencia para proclamar glorias y alabanzas a tu Nombre Señor.

Gracias Señor porque no te has ido, y, al contrario, te quedas a mi lado para, no solo decirme e indicarme el camino, sino para acompañarme a recorrerlo, porque sin Ti no podría hacerlo. Ayúdame Señor a que mi fe no se quede pasiva, muerta y quieta, sino que camine conmigo y acreciente su fidelidad a tu Persona.

No me moveré de tu lado Señor, y esperaré confiadamente a que Tú quieras y decidas darme esa fe necesaria para mover montañas en tu Nombre. Amén. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.