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viernes, 22 de mayo de 2015

PALABRAS Y OBRAS

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Las palabras dicen y no dicen. Dicen cuando tus obras están en consonancias con ellas, y no dicen cuando ellas, las palabras van por un camino, y tus obras recorren otro. Por eso, detrás de la palabra viene el hecho que la confirma, y si eso no se ve o no viene, la palabra muere y pierde todo su valor.

Jesús nos ama con un amor auténtico que confirman sus obras. Cada Palabra suya se apoya en la obra que la confirma. No hay duda que a cada Palabra corresponde un hecho. Su Vida lo trasluce y transparenta en cada instante. Sin embargo, el ser humano es débil y frágil. Pedro negó al Señor tres veces, pero encontró su Misericordia y aceptó su Perdón.

Ocurre muchas veces que no somos perdonados porque rechazamos el perdón ofrecido, y nos cerramos a la acción del Espíritu Santo. Se necesitan dos actitudes para ser perdonados, una, la humildad, y otra, reconocer nuestra naturaleza caída y tocada por el pecado. Estamos tocados y mal heridos por el pecado.

Por eso, Señor, necesitamos ser asistido por tu Espíritu para humildemente aceptar tu perdón y alcanzar tu Misericordia. Danos Señor la sabiduría de, como Pedro, humillarnos ante tu Amor y abrir nuestro corazón a tu perdón.  

3 comentarios:

  1. Buenos días, nos preparamos para el rezo del santo Rosario. Pedimos hoy, aparte de la defensa de la vida y la familia, que el Espíritu Santo ilumine a las personas a la hora de la elección política, votando a aquellas personas que busquen el bien de los dem-as.

    Un fuerte abrazo a todos en el Señor Resucitado. ¡Aleluya, aleluya!

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  2. Con la Salve a la Virgen terminamos el rezo del santo Rosario.

    Gracias a los que nos han acompañado y a todos los que a lo largo del día nos acompañan y nos visitan.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.