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jueves, 11 de febrero de 2016

IMPRESCINDIBLE LA ORACIÓN PARA RECORRER ESTE CAMINO DE CRUZ



No se puede entender este camino de cruz sin la constante presencia del Señor. Se hace diariamente, a cada instante, necesaria la relación con el Señor, porque sin Él nuestras fuerzas flaquearán debido a nuestra propia debilidad humana y por las tentaciones del mundo que nos seducen.

Necesitamos injertarnos en Ti, Señor, y por medio de la oración, del ayuno, penitencia y limosna sostener nuestra cruz de cada día para afirmarnos en tu seguimiento, que consiste en vivir tus sufrimientos, tu Muerte y tu Resurrección. A nosotros nos toca también vivirlo. Serán nuestros sufrimientos, nuestras muertes y, también, la esperanza de nuestras resurrecciones.

Pero no unas vivencias según nuestras actitudes, sino según tus actitudes, Señor. Seguirte esforzándome cada día en aceptar mi cruz por Ti, no por resignación o cobardía. Vivir según Tú has vivido voluntariamente aceptando los sufrimientos, tu Muerte para, victoriosamente, Resucitar venciendo al pecado y a la misma muerte, efecto del pecado.

Luego, vale la pena recorrer ese camino de sufrimiento y de muerte, para Resucitar en Ti, Señor. Y eso te pedimos en este momento, en el que empezamos, hoy el segundo día, este camino cuaresmal. Te pedimos que nos des la fuerza, la sabiduría, el valor y la perseverancia de ejercitarnos en la oración, la limosna, el ayuno y la penitencia. No sólo como para un determinado período de nuestra vida, sino para todo el recorrido de la misma.

Infunde en nosotros, Señor, tu Camino, tu Verdad y tu Vida, para que también nosotros seamos, esforzándonos, parte de tu Camino, de tu Verdad y de tu Vida. Amén.

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