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viernes, 27 de mayo de 2016

¿DE DÓNDE Y DE QUIÉN PUEDO ALIMENTAR MI FE?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



La pregunta está en saber dónde y en quién puedo alimentar y sostener mi fe. Porque sabiéndolo tenemos mucho tiempo y mucha guerra ganada. Sólo aquel que tiene claro el camino y la meta, sabe a dónde dirigirse con paso firme. Porque lo verdaderamente importante no son los pasos que puedas dar, ni tampoco los zapatos que puedas usar, sino las huellas de amor que puedas dejar por donde pisas y pasas.

Mi fe es el motor que va a dar impulso a mi vida, porque dependiendo de lo que crea y en quien crea, toda mi vida va a tener sentido y firmeza. Porque cuando se desdibuja la meta y el objetivo no está claro, mis pasos son dubitativos, débiles y sin consistencias para apoyarse firmemente. Por lo tanto, a la menor zozobra se derrumban y quedan a merced del viento, que como veletas son llevados de un lugar a otro.

Pidamos, por lo tanto, sabiduría para sostenernos en la fe. Esa fe que, por la Gracia de Dios, nos ha sido dada y bendecida en el Bautismo con la venida del Espíritu Santo, y que, camina con nosotros para, sin desmayar, sostenernos en la fe. Pidamos fortaleza, para que, animados en la fe del Poder de Dios, no perdamos el rumbo del camino, a pesar de las tentaciones y peligros que se nos presentan en la vida.

Pidamos misericordia, para que podamos, llenos de Gracia, perdonar las ofensas que recibimos de nuestros hermanos y así recibir nosotros también el perdón de la Misericordia de nuestro Padre Dios. Y, pidamos también, la constancia y perseverancia de, a pesar de no ver frutos en nuestra vida, sigamos en el esfuerzo de continuar la lucha de cada día en la esperanza de que, por la Gracia de Dios, nuestros frutos serán recogidos por el Señor. Porque es Él el Verdadero autor de nuestro trabajo.

En esta esperanza, te pedimos Señor, que nos aumente nuestra pequeña y débil fe para que, agarrados a Ti, podamos reverdecer y dar frutos como Tú esperas de nosotros. Amén.

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