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viernes, 26 de agosto de 2016

UN CORAZÓN PRUDENTE CONECTADO CON EL TUYO, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Dame, Señor, la prudencia de saber discernir lo bueno de lo malo; el bien del mal; lo justo de lo injusto y lo superficial y accidental, de lo sustancial, sentido común y razonable. Dame, Señor, el criterio de la verdad y la justicia, pero también de la misericordia. Dame, Señor, la fe de dejarme llevar, poniendo en Manos del Espíritu Santo, todo mi ser y todo mi actuar. Amén.

Quiero ser hombre prudente y vigilante para que tu llegada no me sorprenda. O, mejor dicho, me sorprenda con mi lámpara encendida, despierto y aguardándote. Líbrame, Señor, por tu Misericordia, de no tener mi lámpara apagada ni desprovista del aceite necesario para iluminar mi vida y ver tu llegada cuando Tú así lo decidas. Amén.

Reviste mi corazón de la prudencia suficiente para que no le falte el aceite que necesita para estar listo y preparado. El aceite de la oración, de la contemplación, del silencio ante tu presencia, de la intimidad y de la paz alimentada por la fe, para que tu Amor se haga presente y eficaz en mi vida. Que me vida sea un estar atento y vigilante a tus Palabras y a tu llegada. Amén.

Dame la sabiduría de saber discernir que, mi vida sin Ti no es vida, sino infierno. Dame la sabiduría de descubrir que, mi vida sin la Tuya, no sirve para nada porque es pacto de la llama y de la muerte. Dame, Señor, la sabiduría de entender que, mi vida ha sido creada para amar y sólo en el amor podrá encontrar la felicidad y el eterno descanso. Y sólo en Ti está ese Amor, porque Tú, Señor eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

2 comentarios:

  1. Buenos días a todos, iniciamos en estos momentos el rezo del santo Rosario.

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  2. Gracias a todos los que nos han acompañado y que tengan un hermoso día en la presencia del Señor. Amén.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.