Páginas

Páginas

jueves, 13 de octubre de 2016

ENSÉÑANOS A VIVIR TU PALABRA


Nos has enviado a Profetas y Apóstoles, y los elevamos a los altares, ¿pero les hacemos caso? Nuestros padres mataron a muchos y a otros los persiguieron y le hicieron la vida incómoda, y ahora nosotros les damos fama universal a muchos, Teresa de Calcuta, Juan XXIII, Juan Pablo II, Monseñor Romero y otros tantos. E incluso les nombramos en muchas ocasiones y les citamos con frases que admiramos y que parece que nos hacen pensar. Pero, ¿llevamos a la práctica esas enseñanzas que nos han transmitido o pasamos de ellas?

Esa es la cuestión, los tenemos en los altares, pero seguimos abortando y permitiéndolo, actuando de forma irresponsable en nuestros compromisos cívicos como ciudadanos. ¿Qué hacemos? ¿Cómo podemos cambiar las leyes y seguir las enseñanzas de los profetas y apóstoles esforzándonos en llevarlas a la práctica? 

Tendríamos que revisarnos mucho y actuar de forma más responsable con nuestras obligaciones como ciudadanos de un país. Y con nuestra aportación humilde, ¡pero aportación!, tratar de dar respuesta y vida a lo que guardamos en nuestro corazón. Tal y como hizo María, viviéndolo y dándolo. Poco, pero todo lo que tenemos y podemos dar.

No podemos quedarnos en hablar y no actuar en nuestro vivir de cada día, dando el testimonio que podamos dar y confiando en el Espíritu Santo que nos asiste y acompaña. Pidamos en este día, después de celebrar la Hispanidad, que la Virgen del Pilar, ayer, doce de octubre, interceda por cada uno de nosotros y nos acompañe a abrirnos a la acción del Espíritu, para que sepamos actuar tal y como queremos y deseamos hacerlo, es decir, siguiendo y escuchando la Palabra de Dios y poniéndola en práctica. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.