Páginas

Páginas

viernes, 13 de enero de 2017

¡DÓNDE ESTÁN MIS PARALISIS, SEÑOR?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Mi vida está paralizada sin tu presencia, Señor. Mis parálisis me someten y me aprisionan. Sí, aparentemente me muevo, voy de aquí para allá, y hago cosas. Pero, ¿realemnte son las cosas que debo hacer? ¿Realmente son mis obras lo que Tú, mi Dios, esperas de mí? 

Claro que no vamos a volvernos locos, pues nuestras miserias son las que son, pero eso nos debe ayudar a reconocernos pecadores y necesitado de mejorar en y por la Gracia del Señor. Así, te pedimos, Señor, que nos cure de nuestras parálisis de oración. Porque rezamos distraidamente; porque rezamos, quizás, poco; porque rezamos rutinariamente. Nososotros no podemos y necesitamos tu Gracia para irnos corrigiendo.

Nuestra parálisis reflexiva. ¡Qué poco reflexionamos! Quizás no sabemos, o nos cuesta mucho. Y necesitamos que Tú, Señor, nos ayude, nos motive y refuerces nuestra voluntad. Somos paráliticos también, y quizás buscamos, como aquel paralítico, la salud del cuerpo, pero no la del alma. Gracias, Señor, por tu perdón y generosa Misericordia.

Vengo, Señor, a postrarme a tus pies y a suplicarte que me liberes de la parálisis de la inactividad, o del egoísmo, que paraliza el hacer buenas obras. Curame, Señor, de la parálisis del amor, que me mentiene separado de los hermanos y cultiva el odio, la envidia y hasta la vengaza. Sí, Señor, tengo muchas parálisis y te pido que, como a aquel parálitico, me digas que me levante, tome mi camilla y vaya a mi casa. A mi casa para vivir en tu Palabra y ayudar, en el Espíritu Santo y por su Gracia, a levantar a muchos paralíticos que, quizás sin saberlo, yacen postrados en la cama del materialismo y egoísmo e inactivos espiritualmente.

Ayudanos, Señor, a descubrir nuestras parálisis y, descubiertas, presentarlas, como aquel parálitico, en tu presencia para que, por tu Misericordia, nos sean perdonadas y podamos seguir caminando. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.