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viernes, 6 de enero de 2017

MIRANDO A LAS ESTRELLAS

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

Mucha gente pasa grandes ratos mirando al cielo. El cielo siempre ha sido espacio de observación y reflexión. El Universo es un gran misterio, y aunque hay muchas leyes y misterios que se han descubierto, sigue siendo inmenso todo lo que esconde. El Universo habla de su Creador, y habla muy bien por las inmensas maravillas que esconde en su infinito seno.

No podría entender ni concebir el Universo sin la intervención de su Creador. Y hoy viene a mi corazón esa idea, reflexionando sobre esa señal luminosa que sorprendió y asombró a muchos al contemplarla, pero que movió a pocos a responder. Mientras unos la contemplaron asombrados, otros, en este caso los magos de Oriente, se preguntaron y se movieron en dar respuesta a ese acontecimiento.

Indudablemente, Jesús, el Hijo de Dios, nació en la más paupérrima humildad, sin escándalos, ni ruidos. Y menos de pomposos anuncios y festejos. Nació callado, en silencio, sin protestar por las condiciones adversas que encontró. Nació con sólo una idea, la de amar y salvar a todos los hombres que desearan ser salvados. Eso implica que cuenta contigo, con tu libertad y tu elección. No te va a condicionar, ni apurar, ni a comprometer. Serás tú quien tomes tus propias decisiones, como los magos.

Esa es la lección que entra hoy humildemente en mi corazón. Doy gracias a Dios por experimentar en estos momentos esa Gracia. Danos, Señor, la capacidad de verte en el pesebre y de despojarnos como tú. Libéranos, Señor, de este desenfrenado consumo y de esta vida, quizás acomodada e indiferente. Danos la sabiduría de saber, como los magos, buscarte y dejar huella de tu camino.

Nos perdemos, pero confiamos en tu Estrella, para que nos guíe en la palabra y también en nuestro obrar. Líbranos, Señor, de la esclavitud de nuestra humanidad y danos la ligereza del pájaro que vuela rápido donde está el alimento y su vida. Que nuestro regalo de reyes sea encontrarte en el pesebre de nuestro corazón. Amén.

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