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miércoles, 29 de marzo de 2017

¡¡¡SALVAME SEÑOR!!!


Una oración que se puede expresar con dos palabras: "¡Sálvame, Señor! Porque todo lo demás sobra; porque en esa expresión está contenida toda mi fe y porque me fío y tengo plena confianza en tu Palabra, Señor. Toda mi petición, Señor, se concentra en pedirte luz, voluntad y la Gracia de hacer siempre el bien, porque será a esos a los que Tú escogeras y pondrás a tu derecha, y los que hayan hecho mal para una resurrección de juicio.

Dame, Señor, la Gracia de oír tu Palabra, ponerla en práctica y entenderla. Tú, Señor eres el Rostro de Dios y su Palabra. Y no haces tu Voluntad sino la Voluntad del Padre. Danos también a nosotros esa Gracia de hacer la Voluntad del Padre.

Queremos, Señor, escuchar tu Palabra y, creyéndola, ponerla en práctica. Pero sabemos que sin Ti no podemos ni escucharla ni entenderla. Danos esa sabiduría de dejarla entrar en nuestro corazón y hacerla vida de tu Vida.  Tú eres Señor, el Hijo de Dios Vivo, hecho Hombre y enviado por el Padre a este mundo para salvar a todos los hombres que crean en quien te ha enviado. Tú eres Señor del sábado y de todo lo creado, y en tus Manos descansa nuestra salvación.

El mundo te rechaza porque no aceptas que eres Hijo de Dios y menos que eres el Padre mismo. Hoy nos dices que Tú y el Padre tienen la misma naturaleza divina, aun siendo Personas distintas. Es el Misterio de la Santísima Trinidad, y yo, Señor, lo creo rendido y postrado a tus pies. Porque, Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Quiero como un niño respecto a sus padres aquí en la tierra, rendirme en tus brazos, Señor, y seguir tu Palabra y tus mandatos.

Creemos en Ti, Señor, y entendemos y sabemos gozosamente que estamos salvados. Rumiar eso es una dicha y hermoso gozo de felicidad. No porque lo imaginamos, sino porque Tú lo has dicho: En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Y eso te pedimos insistentemente confiados en tu Misericordioso Amor. Amén.

1 comentario:

  1. Gracias, creerse lo que Dios nos dice a veces me cuesta, creer que Dios te ama, hoy solo quiero pedirle que yo crea en su palabra, pido a usted, una pequeña oración por mi, muchas, gracias.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.