Ha subido a la derecha del Padre, pero su Espíritu permanece con nosotros. Convenía que se fuera al Padre, pero en su lugar ha venido el Paráclito, el Espíritu de Dios, que nos asiste y nos acompaña en nuestra aventura de vivir en su Palabra y dar testimonio.
Pidamos su presencia y creamos en Él. Recibiremos la fuerza que nos dará luz, sabiduría y todo lo que necesitemos para, siguiendo nuestro camino, vivir en la Palabra del Señor. Demos testimonio corespondiendo a su Amor e imitándole con los hombres. Respondamos a las injurias y burlas de los hombres, como Él respondió y, necesitados de su Gracia, para tal misión, pidámosla con verdadera confianza y fe.
Pues como un Padre que sabe lo que sus hijos necesitan, nos la dará. Ya nos lo ha dicho y recordado: Pedid y se os dará... -Mt 7,7-. Aumenta nuestra fe, Señor, y fortalece nuestra voluntad para que, como hijos agradecidos, sepamos responder y vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.
Pues como un Padre que sabe lo que sus hijos necesitan, nos la dará. Ya nos lo ha dicho y recordado: Pedid y se os dará... -Mt 7,7-. Aumenta nuestra fe, Señor, y fortalece nuestra voluntad para que, como hijos agradecidos, sepamos responder y vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.
Gracias, Señor, porque permaneces entre nosotros y nos recuerda y has dicho que estarás con nosotros durante todo nuestro camino. Y que regresarás para llevarnos contigo. Danos la paciencia y la paz para saber soportar todas las inclemencias del tiempo y esperarte con alegría y esperanza, valga la redundancia.
Creemos en Ti, Señor, y, a pesar de nuestra tristeza, consecuencia de nuestra ignorancia y necedad, danos la sabiduría de confiar y aguardar con expectante escucha y esperanza tu regreso, para abandonados a tu Amor confiarnos a tu Misericordia. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.