Páginas

Páginas

viernes, 20 de abril de 2018

EL ALIMENTO QUE DA LA VIDA

Imagen relacionada
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Es posible que comamos a diario o con mucha frecuencia el Cuerpo y bebamos la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino en las celebraciones Eucarísticas. Y, quizás, no experimentamos esa presencia, esa fuerza y Gracia con la que el Señor no fortalece. Todo lleva su tiempo, y también necesita fe. La fe en creer que esa comida Eucarística nos transformará. Son Palabras del mismo Jesús: "Quién come mi Cuerpo y bebe mi Sangre vivirá eternamente".

Necesitamos creer y pedir que nuestra fe crezca y aumente hasta el punto de darnos cuenta que el Señor está dentro de nosotros y nos hace partícipe de su Gloria. Nos da su propia Vida y nos hace un nuevo Cristo como Él. San Pablo lo expresa muy bien cuando dice: “Ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí". (Gál. 2, 20). 

Es Jesús quien vive en mí y el que me va transformando casi sin darme cuenta. De repente me voy dando cuenta como hago muchas cosas que me sentía incapaz de hacer; de repente experimento que no soy yo quien hablo muchas veces, sino que el Espíritu de Dios pone las palabras en mi boca; de repente tomo conciencia que alguien mueve mis dedos y escribe por mí. Y es que Cristo vive dentro de mí y es Él quien mueve mi vida, a pesar de mi torpeza, de mi incredulidad y mis pecados.

Gracias, Señor, por tomar conciencia de tu presencia y de tener el privilegio de poder comer cada día en la Eucaristía. Gracias, Señor, por permitirme tocarte y repartirte entre los demás. Me siento indigno de hacerlo y, en algunos momentos siento vergüenza y temor, pues siendo un pecador, ¿cómo me atrevo a tocarte y repartirte? Dame, Señor, la luz para asumir tal responsabilidad y para aceptar mi pobreza y pequeñez. Dame, Señor, la paz y la paciencia para, abandonado en tus Manos, dejarme modelar por tu Amor y por tus caricias de Padre bueno y misericordioso.

Aumenta, Espíritu Santo, nuestra fe y darnos perseverancia en sostenernos cada día en busca de ese alimento espiritual, que es tu Cuerpo y tu Sangre, para, alimentados en Él, alcanzar la Vida Eterna que nos has prometido. Amén.

1 comentario:

  1. Buenos días, preparándonos para comenzar el rezo del santo Rosario. Gracias por tu visita y compañía.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

    ResponderEliminar

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.