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viernes, 26 de abril de 2019

ILUMINAME, SEÑOR, PARA DESCUBRIR TU ROSTRO

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Supongo que también a mí, conociéndote Señor, me has aconsejado echar las redes a mi derecha. Pero, la cuestión es si yo te he oído o te hago caso. Posiblemente esté cansado de no pescar nada en mi vida, o experimentar que no tengo capacidad o fortaleza para poder hacerlo. También, puede ser, que mi testimonio no sea el debido y que mi voluntad sea tan débil hasta el punto de ser vencida por las tormentas o seducciones del clima de este mundo.

No sé, Señor, qué hacer ni cómo actuar. Ni siquiera a quien acudir.Quisiera, como aquellos hombres a los que Tú invitaste a echar las redes a la derecha de su barca, después de estar toda la noche bregando, obedecerte y fiarme de tu Palabra, pero, también fallo en eso. Me siento cansado y hasta cierto punto decepcionado. Sin embargo, sé algo muy positivo y que me ayuda mucho, no tengo donde acudir, porque en el mundo y con las cosas del mundo se pierde el tiempo.

Lo sé claramente, Señor. Y te doy las gracias, porque intuyo que Tú me lo has revelado. No es que haya tenido una gran experiencia de lo que el mundo te pueda dar, pero he vivido y experimentado lo suficiente para darme cuenta que aquí abajo todo es perecedero, pasajero y no llega nunca a satisfacerte plenamente. Puede engañarte un día y dos también, pero pronto te das cuenta del engaño y te desengañas. Y te das cuenta que tienes que volver a empezar.

Y, si no eres capaz de darte cuenta, levantarte y cambiar el rumbo de tu vida, quedas encadenado, sin voluntad y esclavizado para el resto. Y la vida se gasta pronto y no hay tiempo para rehacerte. Es verdad que siempre hay esperanza, pero también el esfuerzo, en la medida que te has ido hundiendo más, tendrá que ser mayor. Por eso, no perdamos más tiempo y pidamos al Señor que nos ilumine para que seamos capaces de descubrirlo en nuestro corazón y en el corazón de los demás. Sobre todo en aquellos que se encuentran rotos y destrozados. Amén.

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