Páginas

Páginas

domingo, 1 de septiembre de 2019

SOMETIDOS A LA VANIDAD Y A LA SOBERBIA

Resultado de imagen de Lc 14,1.7-14
Nuestra tendencia es trepar y ocupar los primeros puestos. Lo hemos visto en los apóstoles cuando discutían por los primeros puestos. Y es que nuestra naturaleza nos empuja a ese deseo de mandar, de ser más que el otro, de ocupar los cargos más alto. Experimentamos vanidad e incluso soberbia y nos resulta difícil ser humildes. Esa es nuestra lucha y nuestra batalla de cada día.

Porque, nosotros sentimos que no queremos ser así y que esas inclinaciones no nos satisfacen al final como deseamos y nos ponen tristes y nos hacen sufrir. Queremos ser humildes y experimentamos que, a pesar de nuestros buenos deseos, nuestra avaricia nos puede y nos resistimos a mantenernos en la humildad y la sencillez. Es esa la actitud que queremos experimentar y vivir y es eso lo que tratamos hoy, Señor, de pedirte. Danos un corazón sencillo y humilde porque nosotros no podemos transformarnos sin estar en Ti y Tú, mi Señor, en nosotros.

Por todo ello, Señor, nos abrimos a tu Gracia y esperamos confiado y convencido de la acción de tu Espíritu en nosotros. Porque, Señor, sabemos que nos amas y que quieres transformar nuestros corazones como el Tuyo. Por eso, Señor, aguardamos pacientemente a tu Amor y Misericordia en actitud de disponibilidad para que Tú dispongas de nosotros y nos transformes según tu Voluntad.

Nosotros, Señor, no podemos hacer méritos ni nada que pueda merecer tu Gracia. Todo es obra Tuya y sólo nos queda, por la libertad, que Tú también nos has dado, esperar pacientemente a que Tú disponga cuando, como y donde quieras convertir nuestros corazones. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.