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jueves, 5 de diciembre de 2019

TÚ, SEÑOR, ERES MI FORTALEZA

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Todo lo de este mundo está llamado a la destrucción. Todo tiene su límite y nuestro planeta tiene fecha de caducidad que el hombre desconoce. Es por eso que los gobernantes de este mundo, ahora precisamente reunidos en Madrid, debaten esta realidad tratando de buscas soluciones a las alteraciones del clima. ¿Acaso ignoran que el planeta tierra tiene fecha de caducidad? ¿Acaso piensan que es eterno? El tiempo será el que será y nuestro deber como habitantes del mismo es conservarlo lo mejor posible, pero él tiene su tiempo contado.

Sí, sabemos que el buen o mal uso del mismo, y esa es nuestra gran responsabilidad, prolonga o acorta su vida, pero tarde o temprano no podremos eludir que se extinguirá. Queda claro que apoyarse en él es de necio, porque en y con él te hundirás tú también. Por tanto, urge buscar soluciones si las hay. ¡Y realmente las hay! Sin embargo, ciegos por nuestros pecados y guiados por otros ciegos no las encontraremos. La única solución es Jesús. Apoyarse en su Palabra y ponerla en práctica es la solución. Por el contrario, los sabios y entendidos de este mundo se reúnen eludiendo y marginando al Señor, única solución del mundo y de sus habitantes. El Papa Francisco ya nos ha hablado de nuestra casa común - ver aquí -.

Desde aquí, Señor, este humilde rincón de oración elevamos nuestra mirada hacia Ti y te pedimos luz y sabiduría para que todos aquellos que tienen responsabilidades de decidir el camino a tomar y donde poner el sustento y apoyo de este mundo, descubran que sólo Tú, Señor, eres la Roca que lo sostiene y que lo salva. Amén.

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