Páginas

Páginas

viernes, 20 de marzo de 2020

EL PADRENUESTRO NOS ENLAZA A TODOS

Resultado de imagen de Mc 12,28b-34
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

No hay alternativa, el Padrenuestro nos lo deja muy claro y sin otra interpretación: Cuando decimos Padrenuestro estamos significando que Dios es Padre de todos. Y eso quiere decir o significa que todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre. Un Padre bueno que nos quiere salvar a todos y que, enviado su único Hijo a entregar su Vida, fue para salvarnos, sin distinción, a todos.

Por lo tanto, la cosa queda meridianamente clara. Amar a Padre Dios nos exige amarnos todos sus hijos. No hay otra explicación. No puedes presentarte delante de tu Padre odiando a tu hermano, que también es hijo del mismo Padre y tiene todo su amor. ¿Te imaginas cómo respondería y se sentiría tu Padre? Si confiesas que amas a Dios, tendrás también que amar a tu hermano. De no ser así estás diciendo mentiras todos los días.

Cuando rezamos el Padrenuestro confesamos ese mandato del primer mandamiento. Perdonar a los demás como nuestro Padre Dios nos perdona a nosotros. Luego, si no lo hacemos, mentimos. Ahora, somos conscientes de esa dificultad. Eso nos cuesta y, muchas veces es superior a nuestras fuerzas. No hace falta explicarlo, pues todos lo hemos experimentados. Ahora, ¿qué tenemos que hacer?

Simplemente, pedirle fuerza, dolor de contrición y verdadero arrepentimiento al Señor. Lo decimos siempre que celebramos la Eucaristía, Yo confieso ante Dios... Somos débiles y necesitamos la acción y fortaleza del Espíritu Santo para superar esas dificultades y poder amar a los demás, por amor a nuestro Padre Dios, con verdadero amor. Y confiados en tu Fuerzas, Señor, te lo pedimos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.