ANUNCIAR LA VIDA ETERNA

No anunciamos algo que puede ser bueno o no, o que pueda convenir o no. Anunciamos la Vida Eterna, algo que todos buscan, quieren y desean. Se trata del Tesoro más grande e importante de nuestra vida. Es la meta que todo el mundo persigue y busca. Por tanto, lo que anunciamos es lo que todos esperan y buscan. Y lo decimos así de fácil y sencillo porque, así nos lo ha dicho Jesús. Él ha vencido a la muerte y nos ha prometido que nosotros, si creemos en Él, también la podemos vencer.

Por lo tanto, no se trata de algo ilusionante que se puede hacer realidad, sino de todo lo contrario, de una realidad que ha dejado de ser ilusión, Jesús ha Resucitado y la Vida continúa. Una Vida nueva que no se ha parado, sino que se ha transformado en una Vida Gloriosa y Eterna. Esta es la Buena Noticia. 

Ahora, ¿a quién no le gusta esta Noticia? Pues, esta es la Noticia que tenemos que salir a anunciar y el que crea que sea bautizado. El bautizo es la puerta del comienzo de la salvación, pues son Palabras del mismo Jesús: El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.  Pero, no podemos perder de vista que nuestras flaquezas son un peligro constante y que estamos amenazados y acechados por el Maligno para tentarnos y hacernos tropezar. Sin embargo, eso no debe asustarnos porque permaneciendo en el Señor salimos siempre victorioso.

Pedro sufrió muchas caídas, una muy importante, pero el Señor, esa es la clave, rezó por él - Lc 22, 32 - después de predecirle que le iba a negar, y Pedro superó esa caída. Pidamos también nosotros al Señor que rece por nosotros y confiemos que el Señor lo hace, y con su oración nos sostiene firmes en la fe. Por tanto, no desesperemos y tengamos paciencia, confianza y, sobre todo, fe. El Señor vive y está con nosotros. Amén.