H I M N O
¡Oh recordatorio de la muerte del Señor,
pan vivo, que das vida al hombre!
Da a mi alma que de ti viva,
y disfrute siempre de tu dulce sabor.
Piadoso pelícano, Jesús Señor,
límpiame a mí, inmundo, con tu sangre;
una de cuyas gotas puede limpiar
al mundo entero de todo pecado.
¡Oh Jesús, a quien ahora veo velado!
Te pido que se cumpla lo que yo tanto anhelo:
Que, viéndote finalmente cara a cara,
sea yo dichoso con la vista de tu gloria. Amén.
pan vivo, que das vida al hombre!
Da a mi alma que de ti viva,
y disfrute siempre de tu dulce sabor.
Piadoso pelícano, Jesús Señor,
límpiame a mí, inmundo, con tu sangre;
una de cuyas gotas puede limpiar
al mundo entero de todo pecado.
¡Oh Jesús, a quien ahora veo velado!
Te pido que se cumpla lo que yo tanto anhelo:
Que, viéndote finalmente cara a cara,
sea yo dichoso con la vista de tu gloria. Amén.
Vísperas del jueves Santo.
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