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No hay otra alternativa sino el Amor. Ese Amor con mayúscula donde está escondida la felicidad que tanto yo como todos buscamos. Ese Amor al que debo llegar para darlo, porque, dando es como realmente puedo recibir esa felicidad y gozo eterna. Lo tengo tan claro, Señor, que mis palabras salen fluidas de mi boca sin titubeos ni vacilaciones.
Tus nos mandas a amar y, es en el amor, donde se esconde la felicidad. Una felicidad que hay que buscar y trabajar en las dificultades, obstáculos y luchas de cada día. Porque, sabemos por experiencia que lo bueno, lo que da gozo y felicidad, cuesta. Y, por supuesto, amar cuesta mucho, porque exige entrega sin condiciones, servicio y misericordia. Misericordia que significa amar aun en la posibilidad de no ser correspondido con la misma medida de amor. Y es que así nos ama nuestro Padre Dios.
Por eso, Señor, no teniendo otra alternativa para llegar a Ti y para ser feliz, tal y como Tú lo deseas, quiero pedirte que me des la capacidad de amar y soportar, pasible y paciente, los sufrimientos que el amor me pide y me exige. Porque, no quiero dejar de amar para no perderte, Señor, y la única forma de encontrarte es en el amor entre todos los hombres, incluso entre los enemigos. Y es tan difícil amar en esas condiciones que experimento que yo sólo no puedo.
Por eso, Señor, perdido e impotente ante las dificultades y exigencias del amor, especialmente a los enemigos y suficientes, te ruego que levantes mi corazón y lo llenes de tu Gracia para que pueda, a pesar de las dificultades, tener el pasible valor de soportarlo. Amén.
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