Páginas

Páginas

martes, 19 de mayo de 2020

NECESITO, SEÑOR, SER CONSCIENTE DE TU PRESENCIA

MARTES VI PASCUA - Parroquia de San José Chiriquí Grande
Eucaristía tras Eucaristía y no percibo, al menos como a mí me gustaría, tu presencia, Señor. Quisiera levitar de gozo, paz y alegría mientras estoy en tu presencia, y gozar al contemplarte. Tras ver la película de San Felipe de Neri, he sentido sana y buena envidia de no poder gozar de tu presencia como él. Y eso me ha llevado a pensar que eso es lo que Tú, mi Dios y Padre, me estás pidiendo en estos momentos. Permanecer, pese a la oscuridad, a la debilidad de mis tentaciones, a la confusión y a lo insípido de mis oraciones delante de Ti y en tu presencia. Tú, que tienes Palabra de Vida Eterna, dirás, Señor, cuando mi limitada mente y mi pobre y mísero corazón, gocen de alegría y de paz de tu presencia.

Yo, Señor, mientras tanto me conforme con el deseo esperanzador de aspirar a gozar de tu presencia y de tu amor. En ello me esfuerzo y trato de complacerme perseverando y esforzándome en permanecer fiel a tu Palabra. Experimento caídas, tentaciones y frustraciones instalándome en la pereza y comodidades. A veces no sé dónde está el límite de mi capacidad y cuando debo descansar o relajarme. Pero, ofreciéndote todo esto, mi Señor y Padre, continúo en la lucha de cada día poniendo todas mis esperanzas en tu Infinito Amor y Misericordia.

Por eso, Señor, te llamo Padre y te doy gracias por la Palabra y el anuncio de la Buena Noticia de tu Hijo, mi Señor Jesús, y me alegro por su retorno a Ti tras su Ascensión, porque, por eso y anunciado por Él ha sido enviado en tu nombre el Paráclito, que me permitirá relacionarme con Él en cada instante, en cada momento, en cada lugar, sobre todo, ahora, en esta etapa de confinamiento que, gracias a Ti, Espíritu de la Verdad, me he sentido fuerte, alegre y esperanzado para ofrecerte mi humilde sacrificio y disponibilidad aceptándola según tu Voluntad.

Sólo, Señor, darte las gracias una vez más y pedirte que me sostengas en la oración, cada día mejor y más consciente de estar hablando contigo y de que mi vida sea más coherente de acuerdo con mi relación contigo. Gracias, mi Señor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.