Páginas

Páginas

viernes, 7 de agosto de 2020

UN MUNDO DONDE IMPORTA GANAR, PERO DONDE SE GANA PERDIENDO

mateo-16-24 | Spanish, Movies, Movie posters
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Cuando afirmas que perdiendo ganas parece un contrasentido. Sin embargo, realmente es así. Ganar en este mundo, si lo piensas detenidamente y seriamente, no supone gran cosa. Primero, porque nunca tu propia avaricia se detiene. Siempre estás maquinando algo, o dicho de otro modo, nunca te encuentras en plenitud y deseas algo más, y, al final, todo se pierde. Se trata, pues, de atesorar neciamente, porque sabes que todo terminará, bien con tu vida o bien porque todo se pierde.

Por tanto, lo más inteligente es pensar: ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque, la que importa es la que continúa. Sí, tu vida continúa transformada, transfigurada tal y como vimos ayer. Puedes creerlo o no; puedes obviarlo y pensar que lo que vale es lo presente, pero, quieras o no llegará ese momento y lo verás con tus propios ojos y te darás cuenta, irremediablemente, lo que has perdido o lo que has ganado.

Por tanto, la cosa no está para bromas. Es necesario plantearse la vida y el camino a seguir. Es verdad que nos cuesta y que se nos pone difícil, pero, la esperanza del tesoro que vamos a encontrar al final nos llena de esperanza y vale la pena todo esfuerzo. Pero, consciente de nuestra debilidad, ignorancia y pecados, te pedimos, Señor, que nos fortalezcas y nos des tu Gracia para afrontar este reto de elegir el verdadero camino que, cargando con nuestras cruces, nos lleve a encontrarnos contigo, Señor, y pasar por ese momento en el que quedando transfigurados nos encontremos contigo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.