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jueves, 3 de diciembre de 2020

CON Y POR LA FUERZA DE TU GRACIA


¿A dónde voy yo solo, Señor? ¿Soy un pecador y mi debilidad se pone de manifiesto en cada momento e instante de mi vida. Sé, Señor, que Tú no buscas mis virtudes y capacidades - regalos de tu Gracia - sino que me pides mis pecados para lavarlos en tu Amor Misericordioso y levantarme, fortalecerme y guiarme a dar testimonio de tu Poder de sanación corporal y espiritual.

Porque, no solo calmas nuestra sed física, sino, también psíquica, anímica y la llenas de esperanza. Tú, Señor, eres la Roca que nos sostiene y nos das la fortaleza para mantenernos a flote ante la adversidad y las tempestades que el camino de la vida nos presenta. Y en Ti, Señor, ponemos todas nuestras esperanzas para sostenernos a flote y no sucumbir a las corrientes perversas y malignas que nos amenazan y tientan para arrastrarnos al mal y al pecado.

Danos, Señor, la Gracia de asirnos a tu Mano y de no despegarnos de ella. Sabemos de nuestras debilidades y del poder del pecado que nos amenaza y, de estar mal edificada y vacilante nuestra fe, quedar a merced del poder del demonio y alejarnos de tu Amor misericordioso. Amén.

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